No tomar vacaciones puede generar problemas para la salud, como cuadros depresivos y trastornos ansiosos. De acuerdo a una investigación de la U. de Ciencias de Salud, Informática Médica y Tecnología (UMIT), incluso tomarse un corto receso ayudará a aliviar el estrés y mejorar el bienestar.

“Los resultados indicaron que un solo periodo corto de vacaciones -independiente del modo- tiene efectos grandes, positivos e inmediatos sobre el estrés percibido, la recuperación, la tensión y el bienestar”, dice el estudio publicado en el International Journal of Environment Research and Public Health (2018).

El análisis, que fue realizado a 40 personas, -quienes tuvieron vacaciones por cuatro días: la mitad en un hotel y la otra en sus casas-, concluyó que los “pensamientos positivos” tras el receso “perduran por 30 días en la recuperación y por 45 días en bienestar y tensión después de las vacaciones“.

Según explicó a Las Últimas Noticias, el neurólogo de Clínica Meds, Álvaro Vidal, hay que “evitar las sobrecargas de pensamientos laborales, sobre todo en un año tan duro como éste. Tomando en cuenta que nuestra realidad laboral cambió con la pandemia y, para un gran porcentaje, su casa es también su lugar de trabajo, cobra más importancia la necesidad de cambios ambientales para desconectarse“.

“Debemos decirnos que estamos de vacaciones”

Pero, ¿cómo desconectarse si no podemos salir -ya sea por motivos económicos- de casa? Según sugirió al medio citado el psicólogo de PSY Alive, Manuel Araya, hay que “hacer cosas que a uno lo hacen disfrutar y gozar de inmediato, por ejemplo: la lectura, ver series o películas, salir a pasear, andar en bicicleta”.

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Pixabay (cc)

Debemos decirnos a nosotros mismos que estamos en un momento de receso“, agregó Araya e indicó que “hay que dejar de hacer cosas que tengan que ver con el trabajo y, en compensación, empezar a hacer cosas que impliquen un esfuerzo cognitivo menor, algo que efectivamente relaje y se disfrute. Eso ya es vacaciones”.

Es que, además de recuperar las horas de sueño durante el receso, también -en caso de quedarse en el hogar- aconsejó “ir a un parque, ir a dar una vuelta, hacer un picnic. Ayuda porque cambia el aire y también te nutres de este tipo de estímulos que neurológicamente te transportan a la calma“.