Tiene tan sólo 22 años y ya tomó una importante decisión que generó polémica en Argentina y que poco a poco comenzó a traspasar las fronteras. Se trata de Ailín Cubelo Naval, quien tomó la determinación de no tener hijos.

Para ello, la joven trasandina se realizó una ligadura de las trompas de falopio para no concebir, esto, después de que su ginecólogo se lo negara en dos oportunidades, por lo que incluso tuvo que cambiarse de especialista para lograr su objetivo.

Cabe señalar que este es un procedimiento anticonceptivo que generalmente es requerido por madres que ya tuvieron varios hijos y no quieren tener más, algo que claramente no es su caso.

Y fue ella misma quien entregó una potente razón para tomar esta decisión. “Como a algunas personas el deseo de ser madres les es natural, para mí era natural no serlo. Me ligué las trompas porque no quiero tener hijos, ni ahora ni nunca”, contó Ailín a Infobae.

Además, explicó que desde pequeñas a las mujeres se les hacen preguntas como “¿cuándo van a tener hijos?” o “¿cuántos hijos quieren tener?”, algo que para ella no generaba mayor interés. De hecho siempre contestaba que después de los 30 y alargaba los plazos.

ailin cubero
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Creo que el mandato de maternidad no es algo natural, es muy cultural. Hay muchas personas que nunca se cuestionaron el tema de ser o no ser padres (…) O sea, si tienes útero tienes que parir, es tu destino”, afirmó.

Fue cuando cumplió 20, cuando Ailín se dio cuenta que no sería madre. “¿Traer una persona más a este mundo así como está, a formar parte de esta sociedad, con esta escasez de recursos?, ¿vivir con miedo de que le pase algo si es mujer y con miedo de que haga algo si es varón?, ¿tener un hijo para dejar un legado? ¿qué legado?”, se preguntó la argentina.

Una serie de obstáculos

Ya con la idea en mente, Ailín se enteró que la ligadura de trompas es un derecho garantizado por ley en su país desde 2006, la que debe ser gratuita y tampoco debe ser autorizada por una pareja. No obstante, hay varios médicos que objetan conciencia, transformándose en el principal obstáculo.

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Le ocurrió en 2019. “Le dije que quería ligarme y me dijo que no, que volviera en seis, siete meses, que lo pensara mejor porque me veía muy chica. Que tener hijos está bueno, que él tenía dos. Y me pidió una especie de pericia psicológica. Me fui llorando del consultorio”, relató al citado medio.

Ante una nueva frustración, finalmente dio con una ginecóloga que no cuestionó su decisión y le realizó una laparoscopía en la que le sacaron las trompas de falopio.

La maternidad no debería ser una imposición social. Yo no juzgo a quienes eligieron ser madres. Creo que es hora de sacar el juzgamiento sobre las personas que no queremos reproducirnos. No somos bichos raros. Somos un montón que no nos vamos a lamentar por no haber hecho con nuestras vidas lo que queríamos”, sentenció.