Despertar sin poder moverse, y con la sensación de querer gritar, puede ser una experiencia muy aterradora. Se trata de la denominada “parálisis del sueño”.

“En pocas palabras, tu mente se despierta antes que el resto de tu cuerpo. Durante la etapa de sueño, tus músculos se relajan hasta un punto en el que no puedes controlarlos“, detalla Temma Ehrenfeld, escritora experta en psiquiatría y filosofía, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

De ese modo, si te vuelves mentalmente consciente mientras estás en ese estado de descanso, experimentas una sensación de parálisis, la cual generalmente desaparece tras un par de minutos.

Según una investigación publicada en la revista especializada Sleep Medicine Reviews, alrededor del 8% de la población experimentará parálisis del sueño en algún momento de su vida. Sin embargo, ese número se eleva al 32% para quienes sufren trastornos mentales y casi 35% para aquellos con un trastorno de pánico.

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Puede ser una pista importante

Por sí sola, la parálisis del sueño es inofensiva. Sin embargo, debes considerar que podría ser el indicador de otros problemas que no deberías dejar pasar.

“Puede ser un síntoma de narcolepsia, un problema neurológico que también causa somnolencia diurna. Cuando sientes emociones fuertes, puedes perder brevemente el sentido de control sobre tus músculos”, advierte la experta.

Asimismo, los episodios de parálisis del sueño son más frecuentes en personas con otros problemas como apnea, calambres nocturnos en las piernas y pesadillas. “También puede ser un síntoma de trastorno de estrés postraumático”, complementa.

¿Se puede prevenir?

Quienes han sufrido parálisis del sueño, dicen que tratar de mover los dedos de las manos o los pies, acorta el tiempo que se sienten “atrapados”. Algo similar ocurre al intentar contener la respiración.

Para prevenir estos episodios, el primer paso es descartar afecciones médicas que puedan estar interfiriendo en tu periodo de descanso. “Pídele a tu médico que vuelva a evaluar tus medicamentos. Tendrás que adoptar una buena higiene del sueño y minimizar las interrupciones”, añade.

Además los expertos recomiendan bloquear la luz y el ruido. “Asegúrate de que tu teléfono esté apagado, que tus mascotas no vayan a saltar sobre ti o tu pareja no está roncando”, advierte.

Si normalmente duermes boca arriba, prueba con una posición diferente. También puedes probar un ejercicio de meditación antes de irte a la cama, u otros remedios para la ansiedad. Si sabes que tienes ansiedad, trastorno de estrés postraumático o trastorno de pánico, piensa si necesitas hacer más para abordar el problema más grande“, aconseja finalmente.