Cuando era 2007, el jamaicano Max Higgins llegó a Argentina como un exitoso empresario del entretenimiento. Una fachada que le permitió salir en televisión y organizar eventos, donde llegó a contratar al mismísimo Diego Armando Maradona.

No obstante, tras una denuncia de su esposa, la verdad salió a la luz, y esta vida ostentosa que proclamaba tener se trataba de una farsa. Es que Higgins consiguió todas sus riquezas estafando a varias personas.

Según detalló Infobae, el hombre que también prometió inaugurar su versión del parque DisneyWorld en Argentina y realizó tres versiones de un reality show para descubrir a la nueva estrella del fútbol, el llamado World Football Idol, logró su capital inicial mediante el antiguo método de estafa conocido como Esquema Ponzi, un tipo de estafa piramidal.

De hecho, para realizar el reality llegó a contratar a Maradona y a Sergio Goycochea como conductores, y en las veladas llegó a cantar hasta Gloria Gaynor y Durán Durán.

Max Higgins y Maradona | Infobae
Max Higgins y Maradona | Infobae

La verdad de Max Higgins

No obstante, todas las riquezas que parecía tener, se deshicieron luego de que su esposa, la argentina Sandra Zapata, lo desenmascarara. La mujer, quien además lo denunció por violencia intrafamiliar, mostró varias carpetas que dejaron en evidencia su problema con la ley de Estados Unidos e Inglaterra por fabulación y cheques sin fondo para cobro.

Ahora, a Max Higgins se le puede ver durmiendo en la calle, sobre una frazada y con un maletín, que lo utiliza como almohada y donde también guarda comida y dinero que le pide a la gente que pasa por el lugar.

“Si recupero mi dinero puedo volver a contratar a Maradona, pero antes necesito que el propio Maradona me ayude. Diego puede sacarme de la calle”, expresó al medio argentino, mientras estaba sentado en un portal de Buenos Aires.

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“Espero que llegue esto a los argentinos que viven en Estados Unidos y ellos dirán, y hasta Donald Trump dirá, que la clave del rescate de la economía es Max Higgins, yo tengo la solución. Si mi dinero es liberado, el peso flotará y volverá el uno a uno. Puedo salvar al país”, dijo Higgins.

Un hombre que pasó de codearse con las figuras más grande del país trasandino, a dormir en sus frías baldosas.