Los científicos han descubierto en estos 11 meses de pandemia mundial, que el COVID-19 no se trata solo de una enfermedad “grave”, se han reportado una serie de consecuencias tanto en el corazón, como digestivas, en la piel, riñones y el oído.

Y ahora, un nuevo estudio del Imperial College de Londres, descubrió otra secuela: un “impacto significativo en las funciones cerebrales” y, en casos extremos, un “deterioro mental equivalente a 10 años de envejecimiento del cerebro”.

La investigación, que analizó a más de 84 mil personas y que aún no ha sido revisada por las sociedades científicas, fue publicada en la revista médica MedRxiv.

Nuestro análisis se alinean con la opinión de que existen consecuencias cognitivas crónicas tras tener COVID-19“, aseguró en el informe el líder del estudio, Dr. Adam Hampshire, una “niebla mental” que fue reportada por varias personas.

“Las personas que se habían recuperado, incluidas las que ya no reportaban síntomas, presentaban importantes déficits cognitivos (…) lo que puede causar cambios de salud a largo plazo”, complementó el experto, algo que denominaron “COVID prolongado“.

Las pruebas cognitivas que realizaron, midieron la capacidad del cerebro para recordar palabras o unir puntos en un rompecabezas, exámenes que por lo general se utilizan para evaluar un posible enfermedad de Alzheimer.

Fue así que se descubrió que en casos extremos, las personas -entre las edades de 20 a 70 años- sufrieron un deterioro cognitivo donde su coeficiente intelectual (CI) disminuyó 8,5 puntos promedio, como si el cerebro hubiese envejecido 10 años.

“Considerarse con cautela”

Según detalló Todo Noticias, diversas comunidades científicas que no participaron de la investigación llamaron a tomar los hallazgos con “cautela“.

“La función cognitiva de los participantes no se conocía antes del COVID-19 y los resultados tampoco reflejan una recuperación a largo plazo, por lo que cualquier efecto sobre la cognición puede ser de corto plazo”, aseguró la académica de la Universidad de Edimburgo, Joanna Wardlaw.

A la misma conclusión llegó el profesor de ciencia de la Universidad College de Londres, Derek Hill, quien advirtió que los resultados “no pueden ser del todo confiables”.

“En general, esta es una investigación intrigante pero no concluyente sobre el efecto del coronavirus en el cerebro (…) A medida que se busca comprender mejor el impacto a largo plazo, será importante investigar más a fondo hasta qué punto la cognición se ve afectada en las semanas y meses posteriores a la infección, y si en algunas personas se produce un daño permanente a la función cerebral”, agregó Hill.

Por su parte, el académico de la Escuela de Medicina de la U. de Valparaíso, Dr. Germán Cueto, explicó a La Tercera que “hace tiempo se sabe que el COVID-19 ataca también a las neuronas e invade el cerebro, así que indudablemente hay un efecto de daño a raíz de la infección (…) también hay daño en persona que permanecen en coma por largo tiempo intubados”.

“De todas maneras, las personas que no estuvieron en coma o en formas menos graves de la enfermedad, manifestaron un deterioro cognitivo cercano al 4%, lo que revela que efectivamente el virus es neurotrófico y provoca daño”, indicó Cueto.