Una horrible situación vivió Elise Colquitt, joven de 21 años oriunda de Georgia, Estados Unidos, cuando a sus 18 intentó levantarse de la cama y se dio cuenta que no podía moverse.

De acuerdo a Metro, la mujer se percató de la situación cuando quiso ponerse de pie para ir al baño y sus piernas no respondieron. Tampoco podía gritar para pedir ayuda a sus padres, quienes se encontraban en el primer piso, por lo que decidió usar Siri para llamarlos por teléfono pidiendo ayuda.

Sus padres subieron rápidamente a su habitación para socorrerla, momento en que se dieron cuenta de que algo andaba realmente mal con su hija, por lo que la llevaron al hospital.

Tras varias pruebas, los médicos la diagnosticaron con una enfermedad renal. La mujer siguió el tratamiento y fue dada de alta, pero otros síntomas se manifestaron.

Empecé a tener dolores horribles en mi cuerpo, se sentían como descargas eléctricas atravesándome“, comentó y agregó que su piel se sentía como “si la hubiera quemado” y su boca estaba extremadamente seca.

No podía comer ni beber sin un dolor terrible, no podía moverme sin sentir que mi piel estaba en llamas y me estaba electrocutando“, contó.

Tras unas semanas, la familia decidió acudir a otro especialista, el que finalmente la diagnosticó con síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que hace que su sistema inmunológico ataque por error a su propio cuerpo y que no tiene cura.

Problemas médicos

Pero los problemas médicos de Elise comenzaron cuando apenas tenía ocho años y sufrió síntomas de mononucleosis (enfermedad provocada por un virus de la familia de los herpes). “Mi mamá me dice a menudo que me convertí en una niña completamente diferente después de la mononucleosis”, sostuvo.

Me sentía agotada el cien por ciento del tiempo. No puedo describir bien la fatiga que sentía y que a veces todavía siento hoy“, señaló.

Los médicos no encontraron explicación para su agotamiento extremo, el que sufrió por varios años. Finalmente, a la edad de 16, la joven comenzó a experimentar nuevos y extraños síntomas.

Estaba conduciendo por la carretera con mi hermano pequeño y de repente, de la nada, sentí un dolor extremadamente agudo justo debajo de la oreja“, recordó y explicó que empezó a perder el conocimiento mientras conducía.

Desesperada llamó a su padre quien la llevó a urgencias, donde el médico atribuyó la hinchazón a una picadura de insecto, a pesar que no presentaba signos de una en la piel.

La inflamación no hizo más que empeorar, al punto en que Elise no podía comer o beber nada sin sentir un dolor insoportable, razón por la cual visitó a otro profesional.

Este último médico le dijo que sufría una inflamación de su glándula salival, probablemente causada por una piedra que estaba bloqueándola. La glándula se enjuagó, pero no mejoró.

Finalmente fue derivada a un especialista, quien le comentó que sus síntomas le recordaban a pacientes con el síndrome de Sjögren, pero dijo que era “demasiado joven” para tener la enfermedad y lo descartó.

Elise Colquitt
Elise Colquitt

Crear conciencia

Tuvieron que pasar 13 años para que otro doctor descubriera que efectivamente ese era el diagnóstico de Elise, quien actualmente sufre de ataques de asma y síndrome de taquicardia postural ortostática.

Si se hubieran dado cuenta antes habría podido comenzar con medicamentos inmunosupresores cuando el Sjögren solo estaba afectando mis glándulas salivales, y probablemente habría evitado que atacara mis riñones y me produjera una enfermedad renal“, manifestó Elise.

Podría haber comenzado a tomar medicamentos antes y no sentir tanto dolor todos los días de mi vida“, concluyó la joven que hoy comparte su historia para crear conciencia y para alentar a las personas a seguir presionando por ayuda cuando saben que algo anda mal.

Elise Colquitt
Elise Colquitt

Síndrome de Sjögren

De acuerdo al Colegio Estadounidense de Reumatología, el síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmunitaria que puede darse a cualquier edad, pero es más común en mujeres mayores. Muchos pacientes presentan el síndrome de Sjögren como una complicación de otra enfermedad autoinmunitaria, como la artritis reumatoide o el lupus.

Los síntomas pueden variar en cuanto al tipo y la intensidad, pero muchas personas que lo padecen pueden vivir sus vidas normalmente.

La mayor parte del tratamiento para el síndrome de Sjögren apunta a aliviar los síntomas de resequedad en los ojos y en la boca, y a prevenir y tratar complicaciones a largo plazo.