Carolo Acutis falleció en 2006 tras sufrir una leucemia fulminante, con tan solo 15 años. Y esta semana se dio a conocer que la Iglesia Católica presentó su cuerpo incorrupto y anunció su beatificación este sábado 10 de octubre en Asís.

Según informó Vatican News, el adolescente era un amante de los videojuegos, la programación, el fútbol y la Eucaristía. Por esta razón, se le conoce como el “Ciberapóstol de la Eucaristía“.

Cuando Carlo enfermó su vida de fe aumentó. Tenía toda la intención de ofrecer su sufrimiento por la Iglesia, por el Papa y la gente enferma“, dice ACIprensa.

Ahora su cuerpo se encuentra en Asís, reposando en una urna de vidrio donde podrá ser venerado por los peregrinos hasta el 17 de octubre. Ahí está vestido con jeans, unas zapatillas Nike, ropa que solía utilizar.

Además, se informó que su corazón está en un relicario de la Basílica de San Francisco, pues es considerado una reliquia. “Su madre dijo que quisieron donar sus órganos cuando falleció, pero no pudieron hacerlo debido a la leucemia“, indicaron.

Según explicó su madre, Carlo era “el payaso” del curso y siempre estaba dispuesto a ayudar a todos. De hecho, participaba en la fundación “sin techo” y a través de redes sociales daba clases de catequesis, para llegar “a más personas”, solía decir. Por eso, nació su apodo.

El milagro de Carlo Acutis y la predicción de su muerte

Al adolescente se le atribuye la milagrosa curación de un niño brasileño en 2010, quien sufría una grave e incurable enfermedad al páncreas. Sin embargo, tras tocar la reliquia de Acutis, el niño se curó y ahora está 100% saludable.

De acuerdo a Vatican News, el Vaticano estudió la vida y los actos de fe de Aticus, y el milagro del niño brasileño fue aprobado por el Papa Francisco, por lo que se decidió beatificarlo.

Por otro lado, otro dato curioso de su vida, es que según su madre, el joven predijo su propia muerte. Así lo relató a ACIprensa: “Pocos días después del funeral, al amanecer fui despertada por una voz: ‘Testamento’. Revisé su habitación, pensaba en encontrar algún escrito. Nada. Encendí el computador, el instrumento que prefería. En el escritorio había un video corto grabado por él mismo en Asís tres meses antes: ‘Cuando pese 70 kilos, estoy destinado a morir“.