Tal como nos mostró hace más de 25 años la película Jurassic Park, científicos lograron extraer con éxito material genético de insectos que quedaron atrapados en muestras de resina de hace dos a seis años de antigüedad.

Investigadores del Instituto Senckenberg, liderados por la científica Mónica Solórzano-Kraemer, ya estarían planeando utilizar estos nuevos métodos en inclusiones de resina que daten de muchos más años.

El estudio, publicado en la revista científica PLOS ONE, buscaba determinar el tiempo en que se puede conservar el ADN, por lo que aunque es inevitable recordar la película de Steven Spielberg, no es lo que los científicos desean.

No tenemos la intención de criar dinosaurios”, indicó Solórzano-Kraemer en un comunicado, agregando que “más bien, nuestro estudio actual es un intento estructurado de determinar durante cuánto tiempo se puede conservar el ADN de insectos encerrado en materiales resinosos”.

Según detalló La Tercera, el autor principal, el doctor David Peris de la Universidad de Bonn, en conjunto con investigadores de las Universidades de Barcelona y Bergen y del Museo Geominero (IGME) en Valencia, examinaron el ADN de los denominados “escarabajos ambrosía”, que quedaron atrapados en la resina de los árboles de ámbar (Hymenaea) en Madagascar.

“Nuestro estudio tuvo como objetivo fundamental aclarar si el ADN de los insectos incrustados en resina se sigue conservando. Utilizando el método de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), pudimos documentar que este es, de hecho, el caso de las muestras de seis y dos años de antigüedad que examinamos”, explicó Solórzano-Kraemer.

Aun así, no está claro cuánto tiempo puede sobrevivir el material genético dentro de la resina y para avanzar en esta investigación, los científicos irán aplicando el método anteriormente descrito de manera escalonada desde las muestras más recientes a las más antiguas.

Y para los que aún tienen dudas, la extracción de material genético funcional de ámbar de varios millones es “bastante improbable”, señaló Solórzano-Kraemer, ya que “nuestros experimentos muestran que el agua en las inclusiones se conserva mucho más tiempo de lo que se suponía anteriormente. Esto también podría afectar la estabilidad del material genético”

Por último, agregó: “Ahora podemos demostrar por primera vez que, aunque es muy frágil, el ADN aún se conservó en nuestras muestras. Esto lleva a la conclusión de que es posible estudiar la genómica de organismos incrustados en resina.”