Jessica Krug, docente especialista en cultura africana y diáspora de la Universidad George Washington, Estados Unidos, renunció luego que admitiera que no era afrodescendiente.

La mujer de 38 años pasó toda su carrera asegurando que era negra, cuando en verdad era una judía blanca de los suburbios de Kansas City.

Durante la mayor parte de mi vida, cada cosa que he hecho, cada relación que he tenido, ha estado arraigada en un suelo tóxico con el napalm de mentiras”, escribió en una entrada de su blog, según consignó BBC.

He construido mi vida sobre una violenta mentira antinegra“, agregó y explicó su comportamiento en base a problemas de salud mental no tratados.

“En un grado cada vez mayor a lo largo de mi vida adulta, he esquivado mi experiencia de vida como una niña judía blanca”, dijo y describió su comportamiento como “la epítome de violencia, de robo y de apropiación”.

No soy un buitre de la cultura. Soy una sanguijuela cultural“, acotó.

Renuncia

De acuerdo a Emol, tras hacerse pública la revelación, la Universidad a través de un comunicado aseguró que Krug ya no impartía clases en la institución.

Ha renunciado a su cargo, con efecto inmediato”, señalaron, “sus clases de este semestre serán impartidas por otros miembros de la facultad y los estudiantes de esos cursos recibirán información adicional esta semana”.

Asimismo, la entidad aseguró que “muchos estudiantes, profesores, personal y exalumnos están sufriendo”.

La mujer había hecho uso de una serie de fondos destinados a académicos no blancos, por lo que la editorial Duke University Press, que publicó su libro “Fugitive Modernities”, anunció la creación de un fondo para apoyar el trabajo de docentes negros y latinos.

Aquellos de nosotros que estamos conectados con Krung y su beca, y especialmente aquellos de nosotros que somos personas de color, estamos lidiando con varias capas de ira y dolor”, señaló Gisela Fosado, directora de la editorial anteriormente mencionada.

Es posible que la beca de Krung no hubiera existido sin la financiación que era inseparable de sus dos décadas de mentiras”, finalizó.