¿Cómo darnos cuenta que la persona con la que hablamos nos está mintiendo? Sin duda a muchos nos gustaría poder tener la clave para descifrarla, pero esto no siempre es fácil.

Luis Pino, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas, comentó a Página 7 que en su área se atribuye que existen ciertas dificultades para detectar las mentiras”.

El profesional destacó que “hay que tener claro que la mentira es parte del desarrollo de los seres humanos, incluso surgen en la infancia como parte del propio desarrollo cognitivo. Son bastante diversas y cumplen distintas funciones en la vida de las personas; hay algunos que mienten para protegerse, para proteger a otros, o a los demás para hacerlos sentir bien”.

“También otras personas mienten para manipular y conseguir cosas con los demás y eso podría estar asociado a estructuras de personalidad. Esto quiere decir en conclusión inicial que cumplen distintas funciones en la vida y están asociadas a diversidad de tipologías de personas o personalidad”, detalló Luis Pino.

El académico de la Escuela de Psicología añadió que “el área de estudio de la Psicología de las mentiras considera y requiere varios parámetros o dimensiones para atribuir una conducta mentirosa: la corporalidad, expresión facial, la kinesia -es decir, movimientos y postura corporal- el lenguaje, la función y el objetivo de la mentira y el contexto de ella”.

Pino aclaró que “si queremos considerar una persona que está mintiendo, en el caso de una situación de confesión delictual, se tienen que considerar todos estos aspectos porque muchos elementos conductuales que están asociados a la tensión intrapsíquica, la corporal y la tensión interpersonal, se pueden dar en una situación sencillamente de tensión y no necesariamente de mentira”.

“Sin embargo, todos estos elementos corporales no son necesariamente sinónimos de mentira, sino indicadores de que hay un conflicto con la persona”, complementó.

cómo detectar a una persona mentirosa
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A qué poner ojo

“Algunos aspectos genéricos a considerar respecto de la mentira, por ejemplo, son: la sudoración, cambios en la tasa respiratoria, cambios en la tasa cardíaca. Son elementos fisiológicos que podrían estar asociados eventualmente a la mentira”, indicó Pino.

Y añadió: “Tenemos, por ejemplo, rigidez muscular, rascarse la nariz, porque eso produce una pieloerección, es decir los vellos se erizan y eso provoca que la persona se rasque el mentón, la cabeza, etc. Una persona cuando va a negar algo, que es falso, va a cerrar los ojos; o cuando la persona va a afirmar algo que es falso, levantará los hombros”.

A su vez detalló que la persona que miente “va a tratar de mantener una postura y una actitud estereotipadamente normal y por eso va a generar suspicacias. Aquí hay una persona que está como con un acto de teatralidad”, añadiendo que intentará lucir relajada, cruzar los brazos, meter las manos en los bolsillos.

“Un aspecto importante cuando estas personas enfrentan las mentiras, es el clásico atacar al otro y mostrar una manipulación emocional: por ejemplo, el llanto frente a una mentira o enojarse para no mentir”, agregó el psicólogo.

Sumado a lo anterior el especialista indicó que las personas que mienten con frecuencia pueden ser “inseguras, con una baja autoestima y percepción distorsionada de sí misma; eventualmente pueden ser impulsivas, tener falta de empatía o poca, inconsistencia en el discurso. Van a mostrarse externamente seguras (pero son inseguras)… fíjense en la contradicción. Y muestran control de su medio ambiente”.

Luis Pino también recalcó que “para ser un mentiroso hay que tener una buena memoria, porque las mentiras requieren ser mantenidas en el tiempo y en el discurso, por lo tanto podríamos encontrar un alto grado de agudeza mental o inteligencia; son extrovertidos”.