El caso de Demelza Jefferis puede ser el de cualquier mujer, por lo que quiso entregar su testimonio para alertarlas ante una enfermedad que es frecuente en ellas: cáncer de mamas.
Mientras Jefferis se duchaba se percató de una pequeña marca en su cuerpo, pero decidió no prestar mayor atención, pero al salir de la ducha hizo un gesto que llamó poderosamente su atención.
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“Levanté mi brazo izquierdo y mi toalla cayó. Cuando mi toalla cayó, fui a agarrarla y me miré en el espejo. La luz brillaba a través de la ventana y pensé, ‘¿qué es eso?’“, partió describiendo al diario The Sun.
La extraña marca aparecía cada vez que levantaba el brazo, por lo que comenzó a preocuparse. La inglesa de 42 años hizo el mismo gesto cerca de 100 veces y llamó a su esposo para que le dijera si veía lo mismo que ella.
“Pensé que, habiendo tenido hijos, era solo una estría”, confesó, aunque al mirar con más detenimiento, concluyó: “‘no, eso definitivamente no es una marca de estiramiento’ y no me gustó nada su apariencia”.
Cáncer de mamas
Ante las crecientes dudas, Demelza prefirió llamar a su médico, quien le recomendó hacerse exámenes. Un mes después recibió un balde de agua fría: tenía cáncer de mamas en fase 2.
“Siempre me ha sorprendido la cantidad de personas que han dicho que nunca pensarían en comprobarlo. Se necesitan dos minutos”, declaró la afectada, quien vio cómo su abuela falleció de la misma enfermedad a los 58 años.
“No recuerdo mucho de la consulta. Me estaban contando el plan de tratamiento y yo estaba llorando. No podía creerlo. Con COVID-19 y todo lo que ha sucedido, ha sido tan borroso. Es simplemente extraño”, confesó al medio británico.
Afortunadamente se sometió a un exitoso tratamiento que terminó con su cáncer, justo para poder celebrar el aniversario número 16 junto a su marido.
Jefferis entregó un mensaje final a las mujeres para prevenir este tipo de enfermedad. “Sólo revisa tus senos. Es tan importante que la gente no lo deje. Tiene que hacerlo”, sentenció.
