Si bien es cierto que la sociedad ha avanzado en cuanto al reconocimiento, respeto y entendimiento de la diversidad sexual, aún queda mucho camino por recorrer en diferentes frentes, siendo el más importante el eliminar los discursos de odio que motivan agresiones que han terminado con la vida de cientos de personas de la comunidad LGBTTTIQ+ solo en Chile.

Aun así cada vez son más las personas de la diversidad sexual que enfrentan este miedo al rechazo y a los prejuicios, para declarar voluntaria y abiertamente su orientación sexual, identidad y/o expresión de género, dejando atrás una doble vida que muchas veces viene cargada de dolor y frustraciones que ni la familia o amigos conocía.

Claro que muchas veces con esta declaración pública que una persona realiza, surge una ola de preguntas respeto a su orientación o identidad que, en ningún caso una persona heterosexual recibiría. Y es que en este camino aparentemente más libre, no falta la gente que buscar ir más allá de lo permitido.

En este contexto, no podemos ignorar que las industrias culturales han hecho lo suyo respecto a la creación de estereotipos que no hacen más que homogeneizar a millones de personas que lo único que comparten es su orientación sexual o identidad y expresión de género.

De hecho, un estudio sobre los estereotipos de género utilizados en la televisión chilena, del Consejo Nacional de Televisión, indicó que las caracterizaciones más comunes de un homosexual suelen ser impulsivas, expresivas e idealistas, además de presentar una personalidad caricaturizada de lo que se entiende por mujer, imitando vestimenta ceñida y gestos feminizados.

Pero lo cierto es que al igual que en el universo heterosexual, no todas las personas de la diversidad sexual disfrutan de las mismas cosas. Si bien existen intereses compartidos éstos no pasan necesariamente por la orientación sexual, aunque así te lo hagan creer, incluso, algunos hombres homosexuales.

Es por lo anterior que a continuación te presentamos una especie de ‘guía útil’ para que, si estás en el lugar de aquel o aquella heterosexual que tiene dudas o comentarios respecto al tema, evites hacerlas y busques información en otros medios, pues además de ser incómodas e innecesarias, muchas veces pueden terminar siendo ofensivas aun cuando tus intenciones sean nobles.

1.- “Nunca hubiese pensado que eres gay/lesbiana/trans… no se te nota”

Muchas personas creen que al decir esto están lanzando un ‘cumplido’, pero la verdad es que es un insulto. La otra alternativa a esta popular frase es: “pero no pareces como un gay/lesbiana/trans de verdad”.

Y es que si te detienes a pensar unos segundos antes de lanzar este incómodo comentario, de seguro te darás cuenta que estas personas, al igual que cualquier otra, vienen en diversas “formas, tamaños y colores”.

No hay necesidad de lanzar esta frase cuando alguien te conversa abiertamente sobre su orientación, y menos recurrir al “yo sabía”, pues no es más que una frase condescendiente que puede tener feas consecuencias. Simplemente si aquella persona te confía esta información, solo agradécele la honestidad y el compartir contigo su intimidad, y lleva la conversación hacia un lugar donde los juicios no sean necesarios.

2.- “¿En serio? deberías conocer a mi otro/a amigo/a gay/lesbiana, podrían salir”

Esta también es una frase muy recurrente. Muchas personas creen que por el simple hecho de que una persona se identifica como homosexual, automáticamente le van a gustar todos los hombres o mujeres homosexuales que existen en el mundo. Como si sólo pudieran relacionarse a partir de su identidad sexual.

El tema es que una persona homosexual tiene el mismo derecho a decidir que otra heterosexual. La libertad de escoger con quien se involucra es algo que solo le compete a esa persona y que responde a múltiples variables, al igual que todo en la vida.

3.- “¿Quién es la mujer de la relación?”

Esta pregunta no requiere tanta explicación, simplemente cabe preguntarse ¿por qué los heterosexuales sienten la necesidad de aplicar roles de género heteronormativos a las relaciones homosexuales? Una relación entre dos hombres no necesita que uno de ellos se “sienta o haga de mujer”, al igual que una relación entre dos mujeres no requiere que una de ellas se “sienta o haga de hombre”.

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4.- “¿Y cómo fue cuando ‘saliste del clóset’?

Una pregunta que puede ser hecha con total buena intención tiene sus riesgos. Y es que es probable que para muchos el hablar públicamente de su orientación sexual o identidad y/o expresión de género no haya sido fácil. Muy por el contrario, hay casos en que pudo haber sido una experiencia traumática que la persona no le gustaría volver a recordar.

Cuando las cosas salen mal, suele ser un proceso doloroso, muchos sufren abandono de su entorno y deben reconstruir su vida desde cero. Por lo mismo, cuando la confianza no es tal, a veces es mejor no preguntar y ser un apoyo desde el momento en que a ti te concierne.

5.- “¿Estás seguro que eres gay/lesbiana? ¿Saliste alguna vez con una mujer/hombre?”

¿Estás seguro que eres heterosexual? ¿Probaste alguna vez con un hombre? Es lo que se podría contestar a este tipo de preguntas, sin embargo, puede sonar igual de agresivo. Si bien muchas personas homosexuales experimentan con el sexo opuesto a lo largo de su vida, como un proceso de autodescubrimiento, independiente de su orientación, lo cierto es que no todos han vivido esa realidad y tampoco lo necesitan porque están seguros de su orientación.

6.- “Yo acepto a las personas homosexuales pero que no se metan conmigo”

Es muy común escuchar entre hombres esta frase cuando comentan sobre una persona homosexual de su entorno. Es una forma muy extraña (y equivocada) de mostrar respeto por la orientación sexual de una persona, asumiendo al mismo tiempo que le gusta o podría involucrarse con cualquier otro hombre que se atraviese en el camino.

Nada más equivocado porque si bien cada quien es libre de mantener una relación con quien quiera, no necesariamente van a ir detrás de cualquier persona sobre todo si esta es heterosexual. Y si lo piensas así, entonces quiere decir que ¿tú harías lo mismo?

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7.- “No tengo problemas con los gays pero no entiendo por qué tienen que ser tan ‘locas’”

“Hay de todo en la viña del señor”, un dicho ideal para aquellos que tienen la heteronorma tatuada en la frente y no comprenden que pueden existir diversas expresiones de género (ni siquiera binarias), más allá del supuesto rol social que debe cumplir el “masculino” y que va de la mano con el machismo y sus normas de comportamiento patriarcales.

8.- “Me encantan las personas transexuales”

Valeria Vegas, escritora, periodista y activista transexual española, comentó a El País que esta frase “suena muy mal en dos casos”.

“Cuando te lo dice un hombre con el que estás saliendo, demuestra claramente que no ve en ti una persona, sino un fetiche. Y luego hay cierto tipo de gay que parece coleccionar amigas trans, por el simple hecho de serlo, sin importar la categoría personal”.

Algo similar ocurre con el caso de celebridades trans, si bien es importante destacar que un o una artista trans debe superar muchas más barreras que una persona cisgénero (personas cuya identidad de género coincide con su fenotipo sexual), no debemos perder el norte y lo que debemos valorar es su talento y a la persona en su todo no solo por su identidad y/o expresión de género.

9.- “¿Te has operado totalmente?”

Para Vegas, lamentablemente este tipo de preguntas que todavía se siguen haciendo solo por morbo porque a nadie podría interesarle, “ha hecho que durante décadas muchas mujeres trans llegasen a la reasignación sexual no por voluntad propia, sino como una imposición social”.

Hay que recordar que una persona trans puede decir si se hace esta intervención o no, y eso no alterará su identidad. No es necesario tener vagina para ser mujer como tampoco lo es tener pene para ser hombre. Lo femenino y masculino no se reduce a los genitales y eso hay que tenerlo siempre presente.

10) “¿Pero tú estás seguro de que no eres gay/lesbiana?”

Un clásico para las personas bisexuales. A menudo esta orientación se invisibiliza bastante aun en el colectivo LGBTTTIQ+. Una persona bisexual puede vivir toda su vida sintiendo atracción física, sexual y emocional por hombres, mujeres y personas no binarias y eso no tiene nada de malo.

No necesariamente llegará un momento en que deban “decidir” qué camino seguir, pues no existe tal cosa.