La historia de Marty Duram es una de las más recordadas del último tiempo, en el ámbito de los crímenes en Estados Unidos, sobre todo por quién fue el ‘testigo clave’ en la investigación para determinar cómo ocurrió su muerte: un loro.

Todo se remonta a 2015. Marty fue encontrado muerto a sus 45 años en Michigan, Estados Unidos. Un vecino, tras oír unos ruidos extraños, ingresó al domicilio de la familia Duram, donde se enfrentó a una dramática imagen: el hombre tenía cinco orificios de bala.

A su lado, su esposa Glenna, estaba herida por un disparo, pero al menos estaba viva. Cuando llegó la policía y le preguntó qué había pasado, debido a su estado de shock dijo que no recordaba.

Según detalló el sitio estadounidense The Detroit News, Glenna fue detenida por la policía mientras se realizaba la investigación. En paralelo a esto, Christina Keller, exesposa de Martin, se quedó con la mascota de su exmarido, para cuidarlo: Bud, un loro.

Mientras se buscaban detalles de cómo ocurrió todo, y ante la negativa de Glenna de dar su declaración, Christina se percató de algo extraño. Bud comenzó a repetir las cosas que había oído la noche en que su dueño murió.

Keller puso atención a lo que decía el ave y se dio cuenta que estaba repitiendo diálogos que podrían ser claves: “Estoy escuchando a dos personas en una discusión intensa. Dos personas que conozco, voces que reconozco”, comentó en su momento.

Un loro no puede ser parte de un juicio

Claro que la frase que le causó más sorpresa fue cuando Bud imitó la voz de Martin y empezó a decir “No dispares, carajo”. Para la familia de Martin era un relato que podría servir para aclarar el caso y así incriminar a la esposa del fallecido.

Pese a los intentos, el tribunal decidió no utilizar el ‘relato’ del pájaro, ya que no era una prueba concluyente y legalmente no servía como evidencia. Debido a lo confuso del crimen, se dio un plazo de dos años para realizar la investigación.

Durante este tiempo, los fiscales a cargo lograron obtener información clave. La mujer tenía graves problemas de ludopatía, por lo que las deudas eran un motivo constante de peleas.

el caso de la mujer que asesinó a su marido y que fue delatada por su loro
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“Lo que descubrimos es el hecho de que él la dejó a ella encargarse de pagar las cuentas, y ella dejó de pagar la hipoteca de la casa durante más de un año. Unos días antes de los hechos mi padre descubrió que le podían rematar la casa y no sabía por qué”, explicó Jessica, la hija de Martin.

Junto con esto, se encontraron unas cartas suicidas hechas por Glenna, donde dejaba en claro que no sabía qué hacer para poder pagar sus deudas. Incluso, en su teléfono móvil se hallaron registros de búsqueda de cómo usar un arma de similares características a la encontrada en la escena del crimen.

Finalmente, las pruebas fueron contundentes, y pese a que ella insistió en su inocencia, el tiempo le terminó dando la razón al loro. La mujer fue condenada en julio de 2017 a cadena perpetua por el asesinato de su esposo.

Para concluir toda duda, luego de la sentencia, Jessica declaró que lo que dijo Bud “nunca se lo escuché decir antes del asesinato”.

¿Qué es lo que se sabe hoy de este caso?

Hace unos días, medios internacionales detallaron que Glenna, que ya ha pasado varios años tras las rejas, apeló a su condena, asegurando que las pruebas mostradas desde su teléfono móvil eran “rumores inadmisibles y fueron injustamente perjudiciales”. Pese a esto, el Tribunal de Apelaciones determinó que toda la evidencia era relevante para este caso.

Pese al trauma que pasó, Bud ahora se encuentra bien viviendo con su familia. Si bien su ‘relato’ no fue utilizado en ninguna audiencia, se especula que sus comentarios influyeron lo suficiente en la corte que sentenció a Glena Duram.