En más de una ocasión hemos visto ya sea en televisión o por redes sociales a pacientes hospitalizados por COVID-19 boca abajo en sus camas, lo que seguramente ha despertado la curiosidad de más de una persona.

La razón tras esta decisión es cien por ciento médica. Leonardo Soto, jefe técnico de la Unidad de Tratamientos Intensivos (UTI) de la Clínica Las Condes, explicó a Emol que esta posición permite una mejor oxigenación del organismo cuando los pulmones están afectados.

“El pulmón fisiológicamente funciona como una esponja, que tiene aire y tiene sangre, líquido finalmente. Esa esponja si se pone en posición supina, es decir, acostado de espalda, por gravedad la sangre -el líquido- tiende a irse hacia atrás y hacia abajo, y el aire que es más liviano, tiende a irse a los sectores más anteriores y superiores del pulmón”, detalla el médico.

De ese modo, se produce un desequilibrio que si bien es normal en pulmones sanos, no lo es en aquellos enfermos. “Si hay inflamación, neumonía y distrés -que se da especialmente en los pacientes con COVID-19-, el líquido se irá a las regiones inferiores y posteriores, y ahí los alvéolos empiezan a ser apretados por el exceso de líquido y empiezan a colapsar. Por lo tanto, estos sectores con más sangre y líquido de lo normal, no se logran airear porque el aire no llega, detalla.

Por eso, dormir ‘boca abajo’ provoca que “las funciones del pulmón se inviertan hacia arriba, y eso permite que el líquido caiga hacia las regiones anteriores, y las zonas posteriores del pulmón que son un poquito más grandes, se airean más. De esta forma, los alvéolos permiten que entre oxígeno, se oxigene la sangre y, por lo tanto, la saturación mejora“, agrega.

Si bien esta posición siempre se ha usado en pacientes que presentan fallas respiratorias severas, y que están intubados, sedados y con la musuculatura relajada, el coronavirus llevó más allá está práctica.

Soto indica que han visto que “hay pacientes que logran estar y toleran muy bien la posición prono estando despiertos“, lo que incluso ha servido para que no tengan que recurrir a un ventilador mecánico, por ejemplo.

El tiempo que una persona puede permanecer boca abajo dependerá de la evolución de ella misma. Si los estudios hablan de 16 horas, él confiesa que en Chile los cuidados intensivos han logrado que esos tiempos se extiendan.

“Hemos visto que no le hace daño a las personas, en centros donde hay experiencia en el manejo del prono, y hemos tenido pacientes prono dormidos varios días -de tres a cinco- y en pacientes despiertos, también hemos visto que lo pueden tener más de 16 horas”, asegura, aunque siempre dependerá de cuánto tiempo la persona tolere ese posición.