La pandemia por COVID-19 hizo que las personas tuvieran que adaptar sus hábitos cotidianos, dejando de lado la proximidad física, desde el simple saludo hasta evitar contacto con los seres queridos para así prevenir contagios. Y siendo las redes sociales la principal forma de comunicarse.

Sin embargo, con la pandemia más controlada en algunos lugares del mundo, algunos especialistas se adelantan al próximo desafío: ¿cómo saldremos del confinamiento?

Según consignó la BBC, distintas propuestas se han escuchado desde las comunidades científicas, como crear una “inmunidad de rebaño” o seguir con las medidas de cuarentena hasta que sea factible un tratamiento o vacuna.

Por ello, Miquel Oliu-Barton y Bary S. R. Pradelski, que forman parte de un grupo de matemáticos y economistas especializados, proponen una estrategia de salida en base a un elemento clave: las zonas verdes.

Para ello, identificaron las zonas verdes como “áreas donde el sistema sanitario es operacional, la tasa de infección es baja y los riesgos futuros aparentan ser manejables”.

Filas supermercados, cuarentena
José Zúñiga| Agencia UNO

“El propósito del confinamiento es dividir a la población mundial en subredes desconectadas, entre las cuales el movimiento es limitado”, agregan.

Para realizar el modelo se basaron en una estrategia del economista español Joan Monràs, quien propuso abrir primero las zonas que actúan como “mercados laborales locales”, donde hay más desplazamiento interno, es decir, existe poco desplazamiento de personas entre comunas.

Sugerimos que cada nación debería ser dividida en áreas geográficas, o células, de entre 5.000 y 100.000 habitantes. Para limitar los daños económicos, estas divisiones deberían tener bajo consideración las ‘zonas de desplazamiento al trabajo’, o sea las zonas que comparten muchos lazos económicos“, detallaron.

Zonas verdes, rojas y amarillas

cuarentena en 6 comunas de Región Metropolitana
CONTEXTO | Sebastián Beltrán | Agencia UNO

Cada zona de división se etiquetará como roja o verde, dependiendo de su estado respecto al COVID-19. Por lo tanto, las zonas rojas serían de confinamiento, con restricciones para abrir tiendas y para salir de casa, además, se necesitaría de un “certificado especial” (como los permisos) para movilizarse entre las “células”.

En cambio, las zonas verdes serían aquellos lugares donde paulatinamente se “regresa a la normalidad”.

“Consideremos una localidad de 10.000 habitantes donde la mayoría de la gente trabaja en una fábrica local o en otras labores dentro de la comunidad. Una vez el virus está bajo control y no se detecten nuevas infecciones durante varios días consecutivos, la localidad recibiría la etiqueta “verde”. Sus habitantes podrían, entonces, regresar a sus interacciones sociales y económicas cotidianas dentro de su zona, aunque los viajes fuera de su localidad estarían restringidos”, ejemplifican.

Además, indican que las medidas para identificar las zonas dependerán de cada país y que en casos donde se mantengan activas muchas restricciones pero el contagio esté controlado, se podría utilizar el color amarillo para identificarlas.

Incluso señalan que las zonas verdes “inevitablemente registrarían un resurgimiento de la infección y, por ende, dejarían de ser ‘verdes’. Cuando esto suceda, se perdería la etiqueta de verde de toda un área y regresaríamos a la anterior situación de confinamiento”.