La peste ha sido una de las pandemias que más ha afectado al mundo, cobrando cientos de vidas en Europa durante el siglo XVII.

En aquel entonces, no existía la teoría de vida microbiana, basada en que pequeños organismos microscópicos invaden cuerpos de humanos y animales, por lo tanto todo se remitía a la propagación de enfermedades a través del aire.

Según informó Emol, lo anterior llevó a que Charles Lorme, un reconocido médico de la época que trataba a importantes personajes de la realeza como el rey Luis XII y varios miembros del clan Médici, creara un peculiar traje para prevenir el contagio.

Se trataba de una máscara puntiaguda, sombrero, guantes de piel de cabra, anteojos, pantalones conectados con las botas, camisa dentro del pantalón y largas capas cubiertas con cera perfumada, con el fin de evitar contraer el virus de las pestes bubónicas y neumónica.

No obstante, lo que más llamaba la atención era la máscara con una nariz de 15 cm en forma de pico, la cual estaba rellena con hierbas aromáticas y perfumes, y solo tenía dos agujeros para poder respirar.

Todo ello, con la finalidad de proteger al especialista de salud de las emanaciones fétidas de enfermos, suelos y aguas impuras que -se creía en aquel entonces- eran causantes de la peste.

De hecho, estas también eran rellenadas con triaca, un antiguo conjunto de más de 55 hierbas y otros componentes como carne de serpiente, canela, mirra y miel. La idea de la forma de la máscara según Lorme, era que el largo del pico daría suficiente tiempo al aire para que se combinara con las hierbas antes de inhalarlo y que llegara a los pulmones.

Cabe señalar que entre los años 1334 y 1372 la peste negra o bubónica arrasó con un tercio de la población europea y posteriormente continuó con brotes intermitentes hasta 1879. No obstante, esta no ha sido erradicada en el mundo, puesto que entre 2010 y 2015 se reportaron 584 muertes a raíz de esta, específicamente en África.