Son muchos los padres que en estos momentos están ingeniándoselas para entretener a sus hijos, pues muchos de ellos no están asistiendo al colegio o al jardín.

Mientras los más grandes tienen un poco más de independencia, son a los más pequeños los que usualmente cuesta mantenerlos en actividades recreativas. Por esto, Página 7 te enumerará 7 fáciles y educativos juegos caseros para niños de etapa preescolar.

Masas sensoriales

La idea es incluirlas en el proceso de preparación y luego dejarlos jugar con la masa, actividad que puede calmar la ansiedad y el aburrimiento, según consignó el portal ecuatoriano de Universidad de las Américas.

Cocinar en familia

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Una actividad que se realiza cada día y que se puede aprovechar con los niños. Lo anterior ayuda a potenciar el trabajo en equipo, seguimiento de instrucciones, comunicación, autonomía y motricidad fina.

Manuales con material reciclado

Estimula la creatividad y con la utilización de elementos reciclables se les puede enseñar la importancia del cuidado del medio ambiente. Recopila algunas botellas de plástico, rollos de papel higiénico, pintura y pegamento y ya tienes una entretenida actividad para la tarde.

Juego de adivinanza

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Pon en una bolsa papeles con diversos conceptos, pueden ser escritos o dibujados. Luego la idea es que cada integrante —sin ver lo que le tocó— se pegue el concepto en la frente y, para adivinarlo, debe ir haciendo preguntas. Este juego también estimula la creatividad y la imaginación.

Búsqueda del tesoro

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Este juego consiste en esconder pistas por la casa y que los niños las encuentren a medida que vayan acertando adivinanzas o realizando algún reto, por ejemplo, problemas matemáticos simples o saltar 3 veces en un pie. Luego de encontrar todas las pistas llegarán al premio final, que puede ser un alimento que les guste.

Crear un cuento

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Busca una revista o diario viejo y recorta imágenes de personas y paisajes para luego con estas crear una historia. El objetivo es que los niños logren completar un cuento que tenga inicio, desarrollo y desenlace.

La actividad estimulará la motricidad fina (por los recortes), imaginación y el discurso narrativo. Además, aquí el tutor que dirige el juego es fundamental, pues su función es conectar las ideas de los pequeños y preguntarles sobre sus ideas para explotar al máximo su creatividad, según indica la fundación Elige Educar.

Memorizar coreografías

Este juego no solo ayuda a potenciar la memoria, motricidad gruesa, la atención y concentración, sino que también servirá como una actividad física en familia. Aquí la idea es crear o seguir pasos al ritmo de la música y que los pequeños los sigan.