Casos de crímenes se han hecho famosos a lo largo de la historia, pero el que protagonizó Jeffrey Dahmer es por lejos uno de los más macabros. Este sujeto fue condenado a casi mil años por el asesinato de 17 personas: a todas ellas las secuestró, violó y asesinó.

La historia parte en 1960, el día en que nació Jeffrey en Milwaukee, Wisconsin (Estados Unidos). A medida que fue creciendo, sus padres notaron que era un niño muy extrovertido, pero con una extraña fascinación por el maltrato a los animales. Tras atraparlos, los disecaba y les limpiaba los huesos.

“Se dedicaba a investigar cómo eran los animales por dentro, al mismo tiempo que se estaba desarrollando su sexualidad”, recordó su padre Lionel, según recoge el medio La Vanguardia. A medida que crecía, sus papás notaron que se volvía cada vez más tímido.

Al llegar a los 16 años, comenzó una adicción a las drogas y al alcohol que sus papás, que de hecho se separaron, no pudieron controlar. Por lo mismo, lo dejaron con su abuela para que pudiera buscarle un sentido a su vida. Desgraciadamente, eso no fue impedimento para que siguiera con sus terribles planes. De hecho, a sus 18 años, cuando asumió que sentía placer al matar, cometió su primer asesinato.

La macabra historia del 'Carnicero de Milwaukee'
Criminalia | Archivo

Un día mientras manejaba en estado de ebriedad, se encontró con Steven Hicks, un joven de su edad que buscaba transporte. Tras llevarlo a su casa, tenía la idea de iniciar un romance con él, pero ante la negativa, con una barra de metal lo golpeó en la cabeza. Luego con la misma barra, lo estranguló, provocándole la muerte. Años después, Dahmer reconoció que descuartizó el cuerpo y que lo escondió en unas tuberías. Pese a ser detenido por la policía, no lograron encontrar pruebas del asesinato.

Si bien con el tiempo intentó reprimir su obsesiones por el sexo, las drogas, el alcohol y la muerte, en 1986 fue detenido por algo macabro: desenterró un cadáver para tocar sus restos. Luego de este episodio, encontró a su segunda víctima: Steven Tuomi. A este hombre lo asesinó, luego lo violó, e incluso se dejó como recuerdo su cráneo. Eso fue en 1987, y nadie logró descubrirlo.

Al notar que matar le era fácil, inició una lista de asesinatos que para él resultaba ser solo placer. El tercero fue un joven de 14 años, y en 1988 mató a otro adolescente, que cumplía con sus cánones de belleza: “Entre sus 17 víctimas totales podemos encontrar indios, negros, blancos. Si le parecían atractivos intentaba conquistarlos y, posteriormente, matarlos”, recordó Chris Campos, periodista especializado en el caso, al portal ABC.

Increíblemente, el 30 de enero de 1989 fue detenido pero no por estos delitos, sino que porque había abusado de un menor de edad. Pasó 300 días en la cárcel, lo que no fue suficiente para detenerlo. Ya para ese entonces, comenzó a vivir solo en un departamento.

“Elegía a sus víctimas porque nadie las iba a echar de menos o porque llevaban un estilo de vida alocado. Las invitaba a su casa, a ver pornografía o a que se sacaran unas fotos. Una vez allí las drogaba, los estrangulaba y después tenía sexo con el cadáver. Solía masturbarse encima del cuerpo. Después tomaba fotos de las víctimas y, posteriormente, las descuartizaba”, recordó Campos.

La macabra historia del 'Carnicero de Milwaukee'
Criminalia | Archivo

Años después, se supo que tenía un bidón de 215 litros donde dejaba los restos que habían quedado de sus víctimas, luego de comerlas. A todas las partes les vertía ácido, menos la cabeza, que terminaban siendo sus reliquias.

Para julio de 1991 su lista de víctimas había llegado a 17, cuando tenía todo preparado para la 18, ocurrió lo impensado. Tracy Edwards, que había sido drogado y golpeado, logró huir para denunciarlo a las autoridades. Al llegar a su residencia, notaron que había restos de personas, fotografías e incluso cráneos, por lo que estaba toda la prueba necesaria para detenerlo e iniciar un juicio que hasta hoy impacta en la justicia estadounidense.

“El jurado consideró que no estaba en su sano juicio y fue condenado a más de 900 años de cárcel (5 cadenas perpetuas). Los años de prisión varían atendiendo a la fuente a la que se acuda. Fue enviado al Columbia Correctional Institution, en Portage”, recuerda el periodista en el portal español.

En medio de la condena, Jeffrey accedió a darle una entrevista a Robert Ressler, fundador de la unidad de ciencias del comportamiento del FBI, a quien le contó con lujo de detalles lo que hizo: “Mientras desmembraba (a uno de ellos) guardé el corazón. Y los bíceps. Los corté en pedazos pequeños, los lavé, los metí en bolsas de plástico herméticas y los guardé en el congelador; buscaba algo más, algo nuevo para satisfacerme”, fue una de sus tantas confesiones.

Con respecto a sus recuerdos, el ahora llamado ‘Carnicero de Milwaukee’ aseguró que “conservar los cráneos era una manera de sentir que no había sido un desperdicio total matarlos. Los esqueletos iba a utilizarlos para el Templo, pero ésta no fue la motivación para matarlos; se me ocurrió después”, explicó, haciendo referencia al altar que había formado con los restos de sus víctimas.

La macabra historia del 'Carnicero de Milwaukee'
Criminalia | Archivo

Pese a su larga condena, su estadía en la cárcel fue corta. Dos años después de ser privado de libertad, uno de sus compañeros de celda, Christopher Scarver, un esquizofrénico, lo asesinó a golpes. De ahí en adelante, su historia se hizo conocida en todo el mundo.

“En mi opinión, Dahmer no respondía ni al perfil clásico de criminal organizado, ni al del desorganizado, mientras que un asesino organizado sería legalmente cuerdo, y un asesino desorganizado sería para la la ley claramente demente, Dahmer era ambas cosas, y ninguna de las dos. Era una especie de criminal mixto, por lo que cabía la posibilidad de que un tribunal considerase que no estaba en su sano juicio cuando cometió uno de sus últimos asesinatos”, cerró Ressler, tras entrevistar a este asesino.