Producto de la pandemia del coronavirus, muchos nos hemos visto obligados a cumplir con cuarentena en nuestras casas. Y aunque a veces el teletrabajo ayuda a seguir una rutina que logra desconectarnos de la compleja situación que atraviesa Chile y el mundo, a veces caemos en prácticas no muy saludables.

Seguramente has escuchado a varios cercanos hablando de cuánto han subido de peso debido a que están comiendo más de lo acostumbrado o a otros comentando que incluso volvieron a fumar por una tema de ansiedad, aunque esto último es lo peor que puedes hacer debido a las características del virus.

Y aunque varias veces al día estamos viendo tanto en televisión como en redes sociales consejos para llevar una vida saludable en medio de esta crisis, no todos manejan el estrés de la misma forma y muchos recurren al alcohol para aliviar tales síntomas.

De acuerdo al psicólogo Luis Pino, académico de la Universidad de Las Américas, “las personas pueden verse inmersas en una sintomatología que genere aburrimiento, ansiedad, abulia, desmotivación e irritabilidad, lo que posteriormente se puede traducir en comenzar a tener conflictos con nuestros más cercanos o a revivir conflictos que ocurrieron en el pasado”, señaló a La Cuarta.

En ese sentido, si una persona tiene bajo manejo de la ansiedad, el alcohol y la comida pueden convertirse en aliados y su consumo puede llegar a ser excesivo. Por lo mismo, Pino indica que es “esencial que alguien cercano lo apoye, pero no en la comida y en el alcohol, sino que deben contenerlo”.

Para ayudar a combatir los pensamientos negativos que nos llevan a estas prácticas de riesgo, resulta fundamental tener conciencia de ellos. “El encierro no es una realidad concreta. Estas ideas no son constructivas y hay que llevarlas a un nivel constructivo. El estar encerrado es algo que no pueden manejar, pero sí pueden aprovechar para hacer otras cosas positivas. Podrían, por ejemplo, mejorar la dinámica familiar”, recomienda.

Para la psiquiatra de la Nueva Clínica Cordillera, Maria Cecilia Vukusich, las personas más sensibles a estas situaciones “pueden reaccionar de maneras poco adecuadas, ya sea exagerando o negando el peligro que enfrentamos, desarrollando cuadros de angustia y otros problemas psiquiátricos de diversa intensidad que gatillan acciones que agravan la situación de peligro“.

En ese sentido, hay que evitar al máximo el consumo de alcohol, pues es un depresor, lo que no ayuda para nada en estas condiciones de encierro. En su reemplazo, Vukusich aconseja fomentar actividades de juego que nos hagan reír, pues la risa libera sustancias que nos hacen sentir bien y protegen nuestra salud mental.

Por último, Paula González Collado, fundadora de Enea Coach, indica que lo mejor es darle espacio a las emociones y entender que la ansiedad es normal, solo que debemos aprender a controlar algunos de esos pensamientos negativos para hacerla más llevadera y no car en excesos. “(Esto) nos permite ser más resilientes y mantener la motivación para seguir adelante”, advierte.