Al igual que su esposa, Hermann Schreider sufre de Alzheimer. El octogenario hombre vive en la ciudad de Vigo, en España, y a pesar de casi haber olvidado su idioma de origen, hay algo que no olvida por nada del mundo: su incondicional armónica.

De acuerdo a lo afirmado por el medio hispano La Vanguardia, Hermann aprendió a tocar el instrumento a los cinco años, el mismo que por estos días utiliza para dar un concierto a sus vecinos, quienes aplauden cada una de sus improvisadas presentaciones. O al menos eso es lo que cree.

Y es que en España, como también ocurre en Chile, se ha vuelto una costumbre durante la cuarentena aplaudir desde los balcones de los edificios a los funcionarios de la salud, que combaten el COVID-19 a diario.

Y esta idea de estar ante decenas de oyentes, no nació por su cuenta, sino que fue obra de Tamara Sayar, su cuidadora. ”No sé si he creado un monstruo, porque ahora Hermann ensaya todo el día”, cuenta emocionada la mujer, de acuerdo a lo que consigna el citado medio.

Y la labor que realiza Sayar con este adulto mayor es más admirable, considerando que ella ha debido dejar a su pequeña hija al cuidado de su padre, un bombero jubilado, para poder darle el cuidado que tanto el abuelo como su esposa requieren.

“Esta enfermedad los confinó. Como estamos ahora todos”, declara Sayar de una forma ejemplificadora y muy acorde al contexto de la pandemia.

Y como ambos son personas de riesgo debido a su edad, Hermann no pudo tomar un vuelo Alemania, viaje que tenía contemplado con uno de los hijos de Teresa para visitar a su médico y hacerse de los medicamentos recetados, aunque pudo hacerse de ellos después de un largo proceso burocrático.

Pero por estos días, la mejor medicina es su armónica de Hermann es su armónica, con la que deleita a su audiencia todos los días.

“Pedazo concierto, eh, Hermann. ¿Ves? Te has puesto nervioso. Mucho público. Yo entiendo”, le dice Tamara en el video grabado de uno de sus conciertos, que se viralizó en redes.