Diego Aspitia y Sofía Cuggino se comprometieron hace un año. Su matrimonio civil estaba fijado para el 26 de marzo y la ceremonia religiosa y la fiesta para el 28. Pero se decretó una cuarentena total en Argentina y sus planes se fueron a pique.

“Una boda es uno de los eventos más importantes de la vida de un ser humano. Nos costó un poco hacernos a la idea de que no la íbamos a tener. Pero dejamos nuestro sueño, nuestras cosas, de lado por el bien común. Nos quedamos en casa, respetamos el aislamiento y estamos muy contentos con eso“, dice a la AFP Diego, de 42 años y empleado en una droguería de la ciudad de Córdoba.

Los vecinos prestaron el wifi, porque recién están instalados en su casa nueva. Los amigos ayudaron con la grabación, y los oficiantes de su comunidad evangélica AVIVA los unieron en matrimonio el pasado sábado, en una ceremonia que siguieron por Instagram y por Facebook unos 400 invitados.

“Cuando se cayó todo tuvimos que en 72 horas quedarnos con lo más importante para nosotros, que siempre fue que otros puedan ser testigos y bendecirnos“, relata Sofía, de 32 años y profesora de Agronomía en la Universidad de Córdoba.

“Eso estuvo. No estuvo el cotillón, no estuvo la comida, no estuvo el vestido, no estuvo toda la gala, pero eso estuvo“, enfatiza.

“La fiesta queda pendiente”

Diego y Sofía saben lo que es una relación a distancia. Ella cursó un posgrado en la Universidad de Córdoba, en España, por lo que viajaba entre cinco y seis meses al año. Su vínculo, primero de amistad y luego de noviazgo, se construyó a través de “videollamadas, cartas escritas en papel, horas hablando por Whatsapp, Telegram, todos los medios que había”, rememora ella.

“Apenas termine la cuarentena obligatoria vamos a volver al registro y cuando se pueda haremos el matrimonio, porque en Argentina para que tu unión sea legal debe estar validada por un registro civil y un juez”, explica Sofía.

“La fiesta queda pendiente, porque queremos abrazarnos y bailar y reírnos y mirarnos a los ojos y tomar mate con los invitados”, concluye.

Argentina decretó el aislamiento obligatorio de sus 44 millones de habitantes desde el 20 hasta el 31 de marzo para frenar el contagio del nuevo coronavirus.

Hasta el domingo, el total de casos registrados era de 266, con cuatro personas fallecidas. Aunque la capital Buenos Aires y su periferia concentran alrededor de 70% de los enfermos confirmados, la ciudad de Córdoba también presenta un número importante de infectados.