Los casos de personas obesas a lo largo del mundo, desgraciadamente, son miles. Por lo mismo, siempre llaman la atención los testimonios que se comparten de quienes han decido dar un giro en su vida para dejar atrás su sobrepeso. Tal es la situación de Inoa Suárez.

Esta mujer está pronto a cumplir 38 años y, en 2017, pesaba exactos 140 kilos. Una larga lista de problemas de salud, le significó asumir el desafío de bajar de peso de manera inmediata. Como una ayuda, decidió someterse a un baipás gástrico, pero para poder realizarse esta cirugía tenía que perder peso, algo que no consiguió en un principio.

En total fueron tres años los que se demoró para poder operarse. Tras varios altibajos, dietas fallidas y ejercicios a medias, logró perder mucho peso, hasta que hace unos meses recibió un llamado del Hospital Universitario Central de Asturias desde donde le consultaron si estaba lista para someterse al baipás. Tras el proceso completo que vivió, y que incluyó un cambio de chip sobre su rutina diaria, dijo que sí.

“Si la operación me la hubieran hecho hace tres años, no habría servido de nada (…) La operación es una herramienta que te ayuda a llegar antes a la meta, pero no es lo único que te lleva hasta ella”, explicó Inoa en conversación con el portal La Voz de Asturias, donde reiteró que el primer cambio va siempre en uno.

Tras muchos entrenamientos y nuevas horas con su doctor, fue el pasado 03 de febrero que pudo operarse. Hoy los cambios son notorios, en los dos años previos a su cirugía perdió 35 kilos, y durante estas semanas ha bajado otros 13; hoy ya bordea los 95 y asegura que su vida cambió radicalmente.

“Estuve dos años aprendiendo todo (…) Llevaba una vida sedentaria, en la que la comida era mi única motivación. Tenía el apoyo de mi familia y amigos, pero hasta que tú no te das cuenta, te da igual todo ese apoyo”, complementó la mujer, quien aseguró que a partir del momento en que cambió de mentalidad, dejó los excesos en las comidas y la vida sedentaria: “Si no haces ese cambio de chip y tienes claras tus prioridades, sería una más de las doscientas veces que lo intenté anteriormente”.

mujer decidió dar giro radical a su vida para dejar atrás sus 140 kilos
Instagram

Por ejemplo, Inoa aprendió que una dieta no tiene por qué ser estrictamente restrictiva, simplemente es el hecho de saber qué y cómo estás comiendo. Esto lo comprobó cuando comía en algún lugar fuera de su casa, antes lo veía como algo malo y sentía culpa. Hoy, simplemente disfruta de sus comidas, sin ningún tipo de complicación.

Por lo mismo, y al darse cuenta de que su historia podía ser inspiradora para otros, decidió contar su caso en redes sociales. El problema es que según cuenta ella, no tiene idea de cómo manejar Instagram o Twitter. Fue ahí que apareció una amiga, Carmen Ortiz, graduada en Ciencias Gastronómicas, quien la ha ayudado a manejar su nuevo proyecto llamado @80kgmenos, donde además de mostrar sus cambios, anunció que entregará tips para quienes deseen seguir su proceso.

“Cuando sabía que me iba a operar busqué mucha información, gente que hubiera pasado por lo mismo y contara su experiencia. Encontré informaciones muy buenas al respecto, pero hubo cosas que me hubiera gustado saber y no conseguí encontrar”, explicó Suárez, que hasta aseguró que se la jugará con compartir recetas: “Antes la cocina no me llamaba mucho, pero ahora me apetece cocinar y enseñarlo”.

De hecho, en su Instagram compartió una profunda reflexión, en torno a todo lo que ha vivido estos años, que terminaron siendo claves para tener la vida que tiene ahora.

mujer decidió dar giro radical a su vida para dejar atrás sus 140 kilos
Instagram
mujer decidió dar giro radical a su vida para dejar atrás sus 140 kilos
Instagram

“Realmente creo que en mi vida he empezado un millón de veces, y el mismo número de veces he desistido, pero supongo que no se trata de todas las veces que te caes, sino de todas en las que eres capaz de levantarte, porque aunque no lo crean, cada intento te hace más fuerte. Toda mi vida cada vez que decidía ponerme a dieta lo quería ‘rápido y ya’, y solo por sentirme mejor en lo que al aspecto físico se refería”, comentó la mujer.

Claro que luego de pasar los 30 años, y de darse cuenta que se fatigaba y sufría con varios dolores constantemente, algo debía cambiar: “Un día tu médico te dice que tienes que tomar pastillas para la tensión porque en cualquier momento te puede dar algo si no la controlas y, casi sin darte cuenta, llevas contigo un pastillero como el que tu abuela lleva para todos sus achaques, con continuas taquicardias. Con tan solo 35 años darme cuenta de que si no cambiaba podría acabar pasándome algo grave, fue sin duda mi punto de inflexión”, cerró.