“Lo golpearon hasta matarlo”, afirmó este domingo la madre de un joven de 18 años que murió la madrugada del sábado, tras recibir una golpiza a la salida de una disco en un balneario argentino por un grupo de rugbiers que quedaron detenidos.

No es la primera vez que grupo de jóvenes que practican rugby, un deporte asociado a las clases medias altas y altas en Argentina, quedan envueltos en episodios de violencia, incluso se han difundido denuncias de violaciones en grupo.

“Tenemos 11 aprehendidos. Esto no fue un enfrentamiento. Hubo un grupo que agredió a otro que era pasivo”, dijo a Radio 10 el secretario de Seguridad del balneario de Villa Gesel, Mauricio Andersen.

Diez de ellos, de entre 18 y 21 años, fueron detenidos el domingo en la casa que alquilaban todos juntos para pasar las vacaciones, y que fue allanada por la policía. El último fue atrapado con su padre, tras escaparse del lugar.

Todos los aprehendidos juegan en el club Naútico Arsenal Zárate (90 km al norte de Buenos Aires).

“Pido justicia por mi hijo, lo golpearon hasta matarlo, Quiero que la justicia actúe, esto no puede quedar impune. No tuvieron compasión”, se lamentó Gabriela Sosa, la madre de Fernando Báez Sosa, el joven fallecido.

Hijo único y que soñaba con ser abogado, Báez había ido a pasar el fin de semana con excompañeros de colegio a la ciudad balnearia de Villa Gesell (400 km al sur), un destino muy elegido por grupos de adolescentes y jóvenes en Argentina.

Según los testigos, hubo una pelea dentro de la disco Le Brique. Más tarde, ya fuera del local, los rugbiers fueron a buscar al grupo de amigos en el que estaba Báez y se ensañaron con el joven, le propinaron golpes y patadas hasta que quedó inconsciente y con traumatismo de cráneo.

Tras maniobras de reanimación, fue trasladado al hospital donde no pudieron salvarle la vida.

La Unión Argentina de Rugby (UAR) emitió un comunicado en el que se manifestó “profundamente consternado” por “los hechos públicamente conocidos de violencia física relacionados con jugadores de rugby”.

UAR aseguró que trabaja en “generar un programa específico de concientización que colabore para que estos casos no sucedan nunca más” y deslindó la actitud de los jóvenes de “los valores del rugby”.

El episodio desató una andanada de críticas en las redes y alusiones irónicas a esos valores del deporte de la pelota ovalada, bajo el hashtag “Rugbiersasesinos”.