Una cuestionable situación se registró en una escuela privada de Kentucky, Estados Unidos, luego que una joven fuera expulsada por dos motivos realmente insólitos.

Whitefield Academy, escuela que se reconoce como una institución de educación cristiana, decidió desvincular a Kayla Kenney, una estudiante de 15 años por su ropa y la forma en que celebró su reciente cumpleaños.

Según la cadena local WAVE3 de la NBC, su madre, Kimberly Alford, jamás pensó que el mero hecho de compartir fotos de su hija en redes sociales la iba a dejar sin colegio.

Como toda madre le tomé una foto apagando las velas y la publiqué en mi página de Facebook”, señaló la mujer al noticiero, sin imaginar lo que se le venía encima.

niña expulsada  por escuela cristiana
Captura | Wave 3

Las fotos llegaron hasta las autoridades de la escuela, material que al parecer les molestó lo suficiente como para decidir su expulsión. La madre fue contactada por el rector del colegio, Bruce Jacobson, quien le explicó en un e-mail que Kayla había sido expulsada a raíz de esas imágenes colgadas en Facebook.

Me siento juzgada, ella se siente juzgada, y simplemente ha sido muy devastador para nosotros“, aseguró Kimberly.

Entre los argumentos que el hombre compartió en ese correo electrónico, aseguró que estas imágenes eran las últimas durante dos años de “violaciones al estilo de vida” que inculca la escuela, demostrando “una postura de moralidad y aceptación cultural contraria a las creencias de la Academia Whitefield“.

Pero pese a que los colores del pastel guardan relación con los de la bandera LGBTI+, la madre indicó que “no tenía nada que ver con eso”, y que incluso el recibo de la pastelería sólo decía “colores variados”.

Aun así, Jacobson insistió en que la foto de la adolescente “demuestra una postura moral y de aceptación cultural contraria a nuestras creencias”.

De hecho, el código de conducta de la academia abarca la orientación sexual de los estudiantes y afirma que si el comportamiento de ellos, incluso fuera del campus, no está en línea con sus creencias, deben ser disciplinados. Se castiga la “inmoralidad sexual”, la “homosexualidad” e incluso “si no se es capaz de llevar una vida de acuerdo a los estándares que indica la Biblia”.

Si bien Alford presentó una apelación, las autoridades de la escuela se negaron a reunirse con ella, aunque sí aceptaron cambiar la figura de la expulsión por un “retiro voluntario”, para que así no quede en su registro educativo.

Actualmente la niña asiste a un escuela pública, dejando en su antiguo colegio a toda las amistades que formó durante cuatro años. Y si bien ha sido una transición difícil, indicó su madre, Kayla está recibiendo mucho apoyo de sus pares y del equipo docente.