No cabe duda que uno de los memes del 2019 es el de una mujer sentada en un restaurant, visiblemente enojada y apuntando con su dedo a alguien, mientras que en la imagen de al lado aparece un gato sentado en una mesa con una particular expresión.

Si bien ambas fotos no tienen nada en común, lo cierto es que el meme se convirtió en viral rápidamente, logrando que muchas personas interpretaran con frases divertidas la fotografía.

No obstante, la historia detrás de la mujer llamada Taylor Armstrong, no es para nada feliz. Y es que la imagen pertenece al reality show estadounidense The Real Housewives of Beverly Hills, en el cual se muestra cómo es la vida de mujeres adineradas que viven en California.

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La mujer se hizo conocida en el programa televisivo, pero detrás de su sonrisa, ocultaba una historia llena de dolor: su vida estuvo marcada por violencia intrafamiliar y el suicidio de su esposo.

En el reality mostraba que todo era perfecto, llena de lujos y entretención, sin embargo, su vida real estaba lejos de serlo. En varios episodios ella dejó ver que su entorno de amigas no aceptaban a su marido, Russell Armstrong, por lo que trataba de incluirlo, aunque no le gustaban las cámaras.

Lo cierto es que su marido era violento y la maltrataba. Si bien nunca mencionó el maltrato como tal, en algunas oportunidades les contó a sus compañeras que su matrimonio “es el peor de todos” o “sentía que algo tiene que cambiar”.

Tras el término del primer ciclo del reality, Russell sostuvo en aquel momento que “definitivamente estuvimos de acuerdo en que queríamos mantener a nuestra familia unida”.

Pero las cosas no funcionaron y Taylor le solicito el divorcio el 15 de juliio de 2011, en el cual sostuvo que esposo la maltrató física y psicológicamente, según consignó la revista People.

“¿La empujé? Sí, tal vez las cosas pasaron en el calor del momento, pero fue durante un tiempo en nuestras vidas que no eramos quiénes somos hoy. Este programa literalmente nos ha llevado al límite”, dijo Russell al mismo medio.

Pero nadie imaginó lo que vendría después, cuando en agosto del mismo año su marido se quitó la vida en la pieza donde vivía en la casa de un amigo. Tayor encontró a su esposo muerto cuando llevaba a su hija, Kennedy, para que viera a su padre.

Después de encontrarlo, corrí hacia la calle donde estaba estacionado el auto y caí al suelo, estaba bastante histérica, por supuesto”, indicó en el podcast de Laura Wasser, ¡Divorce Sucks!, según consignó BiobioChile.

Luego de la muerte de su marido, Taylor volvió a firmar por el reality y visitó varios programas de televisión donde contó su historia. Fue en Oprah: Where Are They Now? donde indicó que “el golpe final de Russell llegó en mi cumpleaños 40, cuando me acusó de acostarme con los Chippendales (bailarine)”.

A lo anterior, añadió que “habíamos estado filmando un episodio de The Real Housewives of Beverly Hills en Las Vegas en un espectáculo de Chippendales. Me dio un puñetazo en la cara. Tuve que tener una cirugía reconstructiva en mi ojo”.

“El momento en que me di cuenta de que tenía que irme fue cuando me llevaron (a ver a Kennedy) después de la cirugía y mi hija tuvo que verme en la sala de espera”, agregó.

Tras su oscuro momento, hoy Taylor está alejada de televisión y se casó en 2014 con el abogado John Bluher. “Definitivamente creo que el universo puso a John en mi camino por una razón. Estábamos destinados a ser… (…) él me ama exactamente por lo que soy. Solo sé que nunca habrá suficientes días con él”, finalizó.