Jenna Evas viajaba en un tren con su novio, Bobby Holmes, cuando de pronto se vio envuelta en inminente peligro. “Hombres malos” venían por ellos y debiso a esto tuvo que tragarse su anillo de compromiso para así proteger a su prometido.

Sin embargo, lo siguiente que recuerda fue despertar en su cama en California, segura y lejos de los maleantes que amenzaban a ella y su pareja. Todo había sido un horrible sueño… aunque no del todo.

Una vez que despertó, la mujer se percató que no portaba su anillo y al instante supo lo que había ocurrido: se lo había tragado durante el confuso sueño. Así lo explicó la mujer en su cuenta de Facebook.

En caso de que se lo hayan perdido, me tragué mi anillo de compromiso mientras dormía la noche del martes”, explicó en su perfil, relatando la “anécdota”. “Recuerdo habérmelo tragado, pero pensé que todo había sido un sueño así que me volví a dormir porque, ¡quién rayos se traga su anillo de compromiso!”, prosiguió.

Ya en el hospital, Evans contó que fue difícil explicarle a los médicos lo que ocurrió, ya que no paraba de reír y llorar, situación similar ocurrió cuando se lo contó a su novio.

En un principio no me creyó. Estuvimos una hora y media riéndonos, llamamos a mi madre, reímos hasta llorar, buscamos en Google si otros adultos se tragaron anillos porque los niños lo hacen todo el tiempo, pero aparentemente en adultos es menos común”, comentó en redes sociales.

jenna evans en el hospital
Jenna Evans | Facebook

¿Recuperó el anillo?

Mediante rayos X se identificó el anillo de 2,4 kilates en el estómago de Jenna y los doctores coincidieron en que no sería bueno dejar que “saliera”, por su curso normal, por lo que hubo que someterla a una operación para extraer el accesorio.

“Lloré mucho porque me enojaba mucho la idea de morir”, explicó en Facebook, contando que le hicieron firmar un documento de consentimiento en caso de muerte. “Había esperado demasiado tiempo por ese maldito anillo de compromiso y ¡me voy a casar con Bobby Howell, carajo!”.

La intervención quirúrgica fue un éxito y al salir de la cirugía, el anillo fue entregado a su prometido, no a ella. Cuando este se lo devolvió, Jenna le hizo una promesa: “Prometí no volver a tragármelo otra vez, todavía nos vamos a casar”, cerró la mujer.