Una pareja australiana que decidió alimentar a su hija con una estricta dieta vegana, que la llevó a sufrir una severa desnutrición, deberá cumplir una pena de 300 horas de trabajo comunitario.

Según informó el diario británico The Telegraph el hombre de 35 años y la mujer de 33 -cuyas identidades no pueden ser reveladas por orden de un tribunal de Sidney-, fueron sentenciados a 18 meses de prisión, resolución que finalmente no cumplirán.

La jueza del caso, Sarah Huggett, afirmó en el Tribunal del Downing Center de Sydney, que la dieta de la niña era “completamente inadecuada”.

“Esta niña estaba gravemente desnutrida, con bajo peso y de tamaño insuficiente y retrasado en lo que respecta a los hitos apropiados para su edad”, detalló. “Es responsabilidad de todos los padres garantizar que la dieta que elijan proporcionar a sus hijos sea equilibrada y contenga suficientes nutrientes esenciales para un crecimiento óptimo”, agregó.

El grado de desnutrición de la niña, que actualmente tiene 3 años, era tan severo que cuando tenía un año y medio de edad parecía una bebé de tres meses. De hecho, ni siquiera tenía dientes.

Sus padres la alimentaban con avena, leche de arroz, vegetales, arroz, papas y tofu y de vez en cuando le daban un poco de fruta o pasas rubias.

Los exámenes practicados a la menor determinaron que tenía severas deficiencias nutricionales, que derivaron en raquitismo, huesos delgados y fallas multisistémicas.

La situación llegó a un punto insostenible cuando en marzo de 2018, la madre llamó a una ambulancia porque su hija -severamente desnutrida- sufrió convulsiones. En ese momento, la niña tenía los labios azules, las manos y los pies fríos, bajos niveles de azúcar en la sangre y muy poco desarrollo muscular.

En el juicio contra los padres, se acreditó que la mujer sufría de depresión mayor, lo que motivó a la jueza a reducir la culpabilidad moral de la pareja. “Inicialmente (ellos) no pudieron aceptar que la condición de su hija se debía a la desnutrición” y la madre se había “obsesionado cada vez más” con sus creencias.

Cabe destacar que la pareja tiene otros dos hijos que crecieron sanos y sin problemas, pero por su seguridad los tres niños quedaron al cuidado de una tía paterna, mientras los padres tienen permiso para hacer visitas supervisadas.