“Empieza el matriarcado”. Con esta potente frase, Nairobi impuso el poder femenino en la serie La Casa de Papel. Sin embargo, la ideología del personaje está basada en otras sociedades donde las mujeres tienen el poder absoluto.
A nivel mundial, son varias las localidades donde ellas son las que gobiernan y rigen las leyes de su pueblo. Es el caso de los Minangkabau, la comunidad matriarcal más grande del mundo, ubicada en la isla de Sumatra en Indonesia.
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En esta zona habitada por más de cuatro millones de personas, son ellas quienes toman las decisiones, custodian la naturaleza, se encargan de la agricultura y, por sobre todo, valoran la equidad entre hombres y mujeres.
De este modo, tienen el poder y la libertad de expresar sus puntos de vista y ocuparse de los recursos comunitarios, tales como la falta de oportunidades laborales o el avance de los monocultivos, según consiga La Vanguardia.
El pilar de estos sistemas de gobernación se basan principalmente en la herencia. Es decir, los bienes familiares son otorgados a la hija menor del clan, quien se encarga de administrarlos. “Es la persona más importante: custodia las propiedades aunque no sea su dueña“, explicó la historiadora Manorama Sharma, de la Universidad NEHU, al sitio El Mundo.
De este modo, es la más joven quien se queda viviendo en la casa materna toda su vida, mientras que sus hermanos deben irse del lugar antes de casarse.
Pero, ¿qué pasa con los hombres? En este contexto, ellos son los encargados de llevar el alimento a la mesa, y tienen la responsabilidad de plantar árboles frutales antes de contraer matrimonio, para poder obtener ingresos.
Sin embargo, hay que dejar en claro que la igualdad de género es primordial, puesto que los hombres también ejercen de líderes en representación de sus madres y hermanas.
India
Otra de las comunidades matriarcales se ubican en el noreste de India. Se trata de Khasi, Jaintia y Garo, donde las mujeres no sufren las restricciones sociales de vestimenta y horarios que se dan en otras zonas del país.
En este contexto, se destaca que muchas de ellas trabajan, establecen sus propios negocios y administran su dinero. De este modo, la gran mayoría de las familias viven con los ingresos de las mujeres.
“Hay más igualdad de género, ellas tienen más oportunidades y no son estigmatizadas por hacer vida en los espacios públicos”, precisa L.S. Gassah, director honorario del Consejo Indio de Investigaciones de Ciencias Sociales (ICSSR), comparando con la situación que ocurre en la India hindú, donde hay “un sistema de castas”.
Cabe destacar que a diferencia de otras tribus, en Khasi, Jaintia y Garo, las mujeres no tienen la presión de casarse con un desconocido en un matrimonio arreglado por sus padres. Incluso tienen la opción de divorciarse si su esposo no cumple con sus labores.
