Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin conformaron el equipo a bordo de Columbia, la nave que realizó la misión espacial que llevó por primera vez al hombre a pisar la superficie de la luna, el Apolo 11.

A 50 años de una de las más grandes hazañas de la humanidad, el hombre de la tripulación que se ha llevado prácticamente todos los créditos ha sido Neil Armstrong, ya que él fue quien llegó a pararse sobre el satélite natural de la Tierra. Sin embargo, Michael Collins, el piloto al mando de la nave, también hizo un aporte significativo, que muchas veces es olvidado.

En entrevista con el medio estadounidense The New York Times, Collins, a quien le tocó quedarse solo en la nave, aseguró con respecto a cómo se sintió en ese momento, que “era todo mío, era el emperador, el capitán. Y fue bastante cómodo, incluso tenía café caliente“. Cabe destacar que el hombre capturó en una fotografía desde la nave al planeta Tierra.

En la autobiografía de Michael, Carrying the fire: an astronaut’s journeys (Llevando el fuego, el viaje de un astronauta), el piloto contó parte de su solitaria pero memorable experiencia.

“Lejos de sentirme solo o abandonado, sentí que estaba siendo parte de lo que sucedía en la superficie de la Luna. Sé que voy a sonar mentiroso o tonto si digo que yo tenía el mejor de los tres asientos del Apolo 11, pero puedo decir con justeza y ecuanimidad que estoy perfectamente satisfecho con lo que tuve”, afirmó.

Asimismo, esos críticos minutos, significaron una instancia de reflexión. Es por eso, que con esa vista, dio un conmovedor mensaje político en un contexto mundial de plena Guerra Fría. “Realmente creo que si los líderes políticos del mundo pudieran ver el planeta desde una distancia de 160 mil km, sus perspectivas cambiarían completamente. Todas las fronteras se vuelven invisibles, todo el ruido se silencia”, sentenció.

“Este pequeño globo continúa girando, ignorando sus divisiones, presentando una fachada única que clama por un trato único. La Tierra debe convertirse en lo que parece: azul y blanca, no capitalista o comunista. Azul y blanca, ni rica ni pobre. Azul y blanca, sin envidiosos o envidiados. Pequeña, brillosa, serena, azul y blanca. Frágil”, agregó.

Michael Collins, el astronauta que fotografió a la humanidad desde la Luna
NASA