Un juicio español se transformó en una escena digna del programa de la doctora Ana Maria Polo, esto a raíz de una insólita decisión de la magistrada.

La jueza Sandra Barrera ordenó que una perra de raza pitbull pasara como testigo en un juicio por maltrato animal abierto contra su antiguo dueño, el cual es acusado de haberla encerrado en una maleta para luego arrojarla a la basura.

La fiscal de Medio Ambiente aclaró de inmediato a los asistentes que por razones obvias la testigo no iba a hablar, pero que lo harían en su lugar la parte denunciante cómo también el médico forense, quienes explicaron las lesiones que sufrió el animal.

La insólita e inaudita decisión de hacer pasar al animal como testigo fue acordada por todas las partes, señaló un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, quienes lo consideraron un buen gesto para concientizar a la sociedad sobre la problemática del maltrato animal.

El acusado declaró por videoconferencia, ya que se encuentra en prisión preventiva en Sevilla, en donde admitió haber tirado a su mascota a un contenedor de basura, pero alegó que lo hizo porque pensó que “estaba muerta”.

Sólo los gruñidos del canino alertaron a los vecinos, quienes abrieron agujeros en la maleta para rescatar al animal, antes de que el camión recolector la aplastara.

Nueve meses de prisión pide la fiscalía para el hombre, mientras que la acusación efectuada por el albergue animal Valle Colino, pidió un año de cárcel efectiva.

“Cuando la sacaron, la perra estaba en shock. Había estado encerrada en una maleta en la que casi no cabía y donde no podía ni respirar. Y se vio que tenía el cuerpo lleno de mordeduras de otros perros”, dijo Adriana Narano, presidenta del albergue, que decidió cuidar al animal hasta que una familia decidió adoptarlo definitivamente.