El sedentarismo, la mala alimentación y el tabaquismo son algunos de los ‘males’ que nos ajenan en la actualidad. Estos están asociados a varias enfermedades, y los índices podrían disminuir si nos preocupáramos más de nuestra salud. Entre ellas está el cáncer de colon.

Francisco López, coloproctólogo y director del Instituto del Cáncer de Clínica Las Condes, explicó a Página 7 que “cuando uno analiza la situación en los países desarrollados, observamos que en la mayoría está dentro de las principales causas de muerte. Esto hace evidente que hay factores medioambientales asociados, por ejemplo, el sobrepeso, el tabaquismo y el sedentarismo”.

A lo anterior, agrega que también influye “una mala alimentación con alto consumo de comida chatarra, es decir, exceso de grasa, fritura y poca ingesta de fibra. Un dato obvio es que, en muchas de estas naciones -y en particular en la nuestra- hay una epidemia de obesidad que puede estar involucrada en la génesis de este aumento”.

Según señala, esta es una enfermedad que ha ido en aumento en Chile, tanto es así que actualmente nuestro país es el tercero con mayor riesgo de este tipo de cáncer en Latinoamérica, solo superado por Uruguay y Argentina.

¿A qué síntomas hay que estar alerta?

Los síntomas del cáncer colorrectal -por lo general- solo aparecen cuando la enfermedad lleva años desarrollándose, por lo que la detección temprana es fundamental. Según las estadísticas, entregadas por Clínica Las Condes, el 90% de los casos de cáncer de colon y recto detectados a tiempo se pueden curar.

El médico agrega que dependiendo de la zona del tumor, el tamaño del mismo y características generales del intestino, los primeros síntomas pueden variar entre paciente a paciente, pero los más frecuentes son:

Cambio en la consistencia (diarrea o constipación) o frecuencia de las deposiciones

Sangrado rojo o con coágulos vía anal

Baja de peso

Dolor abdominal de reciente comienzo en edades avanzadas

¿Cómo se puede prevenir?

Francisco López explica que “a nivel general, un individuo sin antecedentes familiares debería comenzar su chequeo a los 40 años, esté o no con síntomas, ya que factores tanto genéticos como medioambientales están asociados a su desarrollo, como las dietas ricas en proteínas y grasas, la baja ingesta de fibras, el sedentarismo, obesidad y tabaquismo”.

Por su parte, desde la Clínica Universitaria de Concepción entregan algunas recomendaciones para prevenir, entre las que están: reducir el consumo de carne roja, vigilar el peso, dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol; consumir más frutas, verduras, alimentos ricos en fibra y agua.

Examen

“Existe un examen de deposiciones simple, no invasivo y de bajo costo, que detecta cantidades mínimas de sangre que son imperceptibles a simple vista. Este examen se llama colon check y se recomienda a quienes no tengan antecedentes personales ni familiares de cáncer colorrectal y que además no presenten síntomas”, explicó.

Y agregó: “Si el resultado es negativo, la probabilidad de cáncer es baja y el estudio se debe repetir de forma anual. En el caso de resultar positivo y detectar sangre, es necesario realizar una colonoscopía para identificar el origen del sangramiento”.

De acuerdo al especialista, “la colonoscopía es el examen más eficaz para detectar cáncer colorrectal. Permite visualizar la pared interna del colon en busca de lesiones, las que pueden ser extraídas durante el procedimiento. Este estudio se recomienda a pacientes que tengan un mayor riesgo de cáncer, ya sea porque presentan síntomas o porque tienen antecedentes familiares de riesgo”.

Tratamiento

En etapas tempranas, el cáncer de colon puede ser detectado y tratado hasta con un 100% de curación y sobrevida, pero a medida que el tumor avanza e invade el colon en profundidad, aparece el riesgo de implantes o metástasis ganglionares en otros órganos, como el hígado y pulmón.

El tratamiento definitivo del cáncer colorrectal es la cirugía. “Ésta consiste en la extirpación del segmento de colon o recto afectado por el tumor, y los ganglios y vasos sanguíneos de dicha zona. Tradicionalmente, esta cirugía se realizaba a través de grandes incisiones, lo que implicaba un postoperatorio largo, doloroso y no exento de complicaciones. Afortunadamente, hoy contamos con la cirugía laparoscópica, un procedimiento mínimamente invasivo que cuenta con una rápida recuperación postoperatoria y escaso dolor”, finalizó.