Aunque parece un cliché la frase “el pasto del vecino siempre es más verde”, la verdad es que esta frase habla mucho de cómo somos; que siempre queremos lo del otro o lo que no tenemos, y aunque algunos lo pueden considerar una banalidad, es algo muy natural.

“Es inherente al ser humano el buscar siempre algo que lo motive, nuevas metas, desafíos, etc. Lleva al ser humano a avanzar; el problema es cuando eso se vuelve una constante que impide disfrutar del presente”, explica a Página 7 la psicóloga UC, Ángela Miranda.

Algunos expertos explican esto como el “síndrome de la pieza faltante”, que en palabras simples quiere decir que siempre se quiere aquello que no está a nuestro alcance, incluso llegando en ocasiones a la obsesión.

“Los mecanismos internos que operan en esto es un estilo de interpretación caracterizado por atender selectivamente a lo que no se tiene a lo que falta y no valorar aquello que si se tiene. Es más fácil ver lo bueno del otro e idealizar la relación que el otro tiene o el trabajo que el otro tiene que mirarse a si mismo, ya que el ver al otro no se ven los contratiempos y los conflictos que el otro puede tener. También aparece una tendencia a magnificar los aspectos negativos de lo propio y los aspectos positivos de lo ajeno”, expresa a Página 7 Texia Bejer, académica de la Escuela de Psicología Universidad Santo Tomás

Siempre tenderemos a estar insatisfechos porque es una regla motivacional básica: motivarse es moverse y para moverse hay que tener cierto desequilibrio y cierta inquietud”, detallÓ el psicólogo Guillermo Fouce, presidente de la Fundación Psicología sin Fronteras a la revista Elle.

Ese deseo de buscar motivación nos hace ‘mirar el pasto del vecino’ cayendo en la constante comparación. “Es como una permanente sensación de que lo logrado no es suficiente, y ahí muchas veces se cae en comparaciones con otros, que terminan siendo dañinas”, declara Miranda.

A lo anterior, la especialista agrega que “termina siendo un real sufrimiento para las personas. Idealizan nuevas posibilidades, y dejan de valorar lo que tienen. Cada caso tiene sus propias particularidades, pero en grandes términos, es bastante frecuente encontrar personas con esta insatisfacción a nivel laboral, económico, de pareja, de desarrollo personal, por nombrar algunas cosas”.

¿Cómo superarlo?

Disfrutar y vivir el presente. Suena bastante fácil, sin embargo, es algo que cuesta, más en la sociedad actual que se basa en las proyecciones.

“Hay que tomar conciencia de lo que tienes, de lo que eres, disfrutar del día a día y de lo que la vida te ofrece”, manifiesta Anna Rojas, experta en inteligencia emocional de ARSolutions.

Una tarea fácil para poder enfocarse en eso es hacer un listado de los logros que se han obtenido en la vida, hasta los más banales posibles, esto ayuda a estar conscientes de lo que ha conseguido en la vida por méritos propios.

“Para poder estar tranquilo y feliz con lo propio, hay que aprender a ver los aspectos positivos de lo que se tiene, a valorar aquello que tenemos y hacemos a no desear cosas irreales y mantener las expectativas dentro de rangos realistas”, declara Bejer.

La psicóloga agrega a lo anterior que “también es importante que haga una evaluación realista de aquello que tiene y que no, y de lo que observa en otros, considerando que los otros también tienen sus conflictos internos que no se traslucen hacia afuera. Es decir “no todo lo que brilla es oro”.

Los expertos además recomiendan algunos puntos que son muy útiles para que estas ansias de motivación no se conviertan en una tortura.

• Fijarse objetivos: que sean reales, alcanzables, medibles y que se puedan cumplir en un determinado tiempo.

• Compararse con los demás (pero con lógica): hazlo siempre con cosas y personas que estén a tu mismo nivel y posibilidades, si tienes una bicicleta no te vas a comparar con alguien que anda en scooter, las velocidades son distintas.

• Refuerzo positivo: hay que celebrar los propios logros.

• Aprender: si caes, vuelve a ponerte de pie todas las veces que sea necesario. Y cuando logres tu objetivo medita sobre qué cosas hiciste para lograrlo.