Tengamos una relación amorosa estable o no, el sexo debe ser siempre una actividad de goce y orientado a alcanzar la satisfacción mutua a través de diversas prácticas.

Muchos estudios han asegurado que tener relaciones sexuales, independiente de la periodicidad, reporta solo beneficios para el organismo, sin embargo, el ajetreo diario y el estrés propio de la vida moderna, a veces no nos permite destinarle tiempo y concentración necesaria para una experiencia placentera.

Si a eso sumamos otros factores que van surgiendo circunstancialmente, la verdad es que podemos terminar por matar nuestro deseo sexual, independiente de la edad o cuán enamorados estemos de una pareja, en el caso que tengamos una relación estable.

En este contexto, queremos plantear seis factores que podrían estar interfiriendo con tu deseo sexual, con ayuda de un artículo compartido en el blog femenino Bellesa, y consignada por el Huffington Post. Algunos son propios de nuestro organismo y poco y nada podemos hacer, mientras que otros son más bien la consecuencia de una serie de prácticas que deberíamos, al menos, evaluar.

1.- La falta de sueño

Como señalábamos anteriormente, la rutina a veces agota y simplemente sentimos que nos faltan horas del día para seguir funcionando. Por lo mismo, hay quienes llegan a su casa después de una ardua jornada de trabajo y lo único que quieren es descansar. No se les pasa por la cabeza siquiera tener sexo, y eso también tiene que ver con la falta de sueño.

Según el Sleep Council del Reino Unido, casi la mitad de la gente duerme solamente seis horas al día o menos. Y lo más impactante es que cuatro de cada cinco personas no están conformes con la calidad de su sueño. Esto afecta a todo el organismo, el dormir es fundamental para funcionar y lucir bien.

2.- Estrés y ansiedad

El deseo sexual va de la mano con un estado saludable, por ende, es muy difícil que cuando estemos estresados o ansiosos tengamos ganas de tener sexo. Esto porque si te sientes bajo presión en el trabajo, tuviste una discusión con alguien o simplemente fue un día duro en el que enfrentaste muchas situaciones estresantes, tus niveles de cortisol se disparan y, por ende, esta hormona tiende a reducir el deseo sexual, pues reprime la producción de testosterona y otras hormonas que provocan la lujuria.

3.- El ciclo menstrual

Probablemente esto varía mucho entre una mujer y otra. La sexóloga Raquel Graña, indica que “durante el ciclo menstrual nuestros niveles hormonales varían en función del momento en el que nos encontremos, y hay dos etapas del ciclo en las que tenemos más deseo sexual: una se produce 14 días antes del periodo y la otra, durante el mismo”. Lo anterior tiene que ver por las hormonas involucradas en la producción de óvulos: el estrógeno y la progesterona. Mientras la primera aumenta el deseo sexual, la segunda lo suprime.

Es por eso que el deseo sexual fluctúa a lo largo del ciclo menstrual debido al aumento y descenso de estas hormonas.

4. Anticonceptivos (y otros medicamentos)

Muchas son las mujeres que toman anticonceptivos por la precaución de no quedar embarazadas. Estas píldoras detienen la producción de testosterona, y como esta hormona es necesaria para excitarse, no es difícil que algunas mujeres presenten menos deseo sexual.

Otros medicamentos como antidepresivos, los betabloqueantes y los inhibidores de la ECA (Enzima convertidora de angiotensina), entre muchos otros, también pueden influir, así que si tienes dudas, lo mejor es que -si piensas que tus medicamentos son el problema- investigues sus efectos adversos y habla con tu médico.

5.- La alimentación y el agua

Somos lo que comemos, eso es un hecho. Si nuestra dieta no es sana ni equilibrada, nuestro deseo sexual puede sufrir las consecuencias. Por ejemplo, las frituras y alimentos salados te harán sentir hinchado, y a pocos les apetece una sesión de sexo en ese estado. Lo mismo ocurre con la hidratación, pues es fundamental para nuestra salud y también para nuestras ganas de intimar, pues si no estás lo suficientemente hidratado puedes tener dolores de cabeza e incluso, en el caso de las mujeres, sequedad vaginal, lo que incomoda las relaciones sexuales y las hace menos placenteras.

6.- Relaciones sexuales insatisfactorias

Este punto es tan claro como lo dice su titular. Si el sexo con tu pareja no es lo que esperas y sientes que no satisface tus necesidades, es un tema. Lo principal es conversarlo con tu pareja, plantear inquietudes y tratarlo como un tema de a dos y no unipersonal. A veces la respuesta es más sencilla de lo que crees y solo hacía faltar hablarlo.