Un grupo de científicos de la Universidad de Bath se puso como misión producir carne cultivada en laboratorio. Según ellos, este producto tiene el potencial de convertirse en una fuente de proteína alternativa para alimentar al mundo.
Aunque el descubrimiento parece revolucionario, los ingleses solo se suman a la larga lista de científicos y laboratorios que avanzan día a día en este campo a nivel internacional.
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Tanto ha sido el revuelo que ha causado este anuncio que medios internacionales han consignado la noticia como una posible amenaza para la industria ganadera a nivel mundial.
Pero, ¿qué tan factible sería el descubrimiento?
Derribando mitos
Cristián Hermosilla, nutricionista de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, experto y especialista en dietas, explicó en exclusiva a Página 7, los detalles del descubrimiento de sus colegas ingleses.
“Como todo proceso tecnológico este descubrimiento es una muy buena alternativa a todas las problemáticas ambientales que genera la producción de carne ya que intenta eliminar los gases invernaderos, además de disminuir el sacrificio animal. También pone la carne a disposición de personas que no tienen recursos alimenticios tan importantes”, comentó.
Optimista, agregó: “También podrías controlar ciertas enfermedades propias de los animales. Por lo tanto, es bastante beneficioso el descubrimiento si uno lo quiere evaluar”.
Hermosilla nos explicó ‘con peras y manzanas’ el proceso de sus colegas ingleses: “Principalmente lo que se hace es trabajar con células madres que son sometidas a un bio reactor (máquina encargada de controlar todos los factores de crecimiento en una célula de forma natural), en donde se mantienen biológicamente activas las células”.
“De esta forma, permites que estas vayan creciendo en un pH , temperatura y cantidad de oxígeno controlados”.
A pesar de contar con tales beneficios, el especialista de la salud también tiene sus reparos: “Siempre existen las aprehensiones con respecto a cuáles serían las composiciones reales de los nutrientes que aportaría este tipo de productos, dado que la matriz alimentaria de carne aporta un sinnúmero de vitaminas y minerales que no son del músculo propiamente tal, que es lo que en el estudio están cultivando como célula madre”.
Recuerda además un punto bastante importante: “Las vitaminas y minerales van además ligados a las características de percepción de sabores y olores, dado principalmente a que la carne es una mezcla de diferentes componentes tales como tendones, músculo y grasa, por lo tanto, esto al ser trabajado tendría que ser artificial“, explicó.
Ganancia vs pérdida
Con respecto a los beneficios, el nutricionista admite que son bastantes. Además de controlar el impacto ambiental, apunta Hermosilla, “podríamos tener un control de cuáles son los nutrientes específicos que vamos a aportar en la carne“.
“Existen cortes que son ricos en grasa y que atentan contra el estado nutricional natural de nuestra población chilena y mundial. Y, si diéramos esta carne artificial podríamos, por ejemplo, tener un tipo de control sobre los nutrientes que le damos a la población”.
A pesar de los evidentes beneficios, el especialista no está seguro del equilibrio que se pudiera conseguir con respecto a lo que aporta la carne. “Desde el punto de vista esencial, habría que revisarlo muy bien si es capaz de entregar los nutrientes esperados de la carne“.
Y profundiza: “Por ejemplo, existen personas veganas (que tienen una dieta en la cual no consumen carne) que buscan alternativas a estos nutrientes. Pero cuando eres omnívoro y consumes carne, esperas que el producto que estás consumiendo entregue, por ejemplo, vitamina B12, que es una vitamina esencial en la prevención de la anemia“.
“El cobre y zinc, además, son nutrientes importantísimos para el crecimiento y desarollo de los adolescentes y de los niños… habría que tenerlo muy a la vista”.
-¿Podría este descubrimiento efectivamente reemplazar a la carne, Cristián?
–No se si reemplazarla, pero puede ser complementario a lo actual. Porque según algunas expectativas del descubrimiento, se realizaron encuestas a personas del Reino Unido y aproximadamente un 40% de la población actual dijo que no lo consumiría y solo un 20% estaría a favor de hacerlo.
“Entonces, ante tales resultados y desde mi punto de vista, esto tendría que ser más bien complementario y utilizado en productos procesados, por ejemplo, que en la actualidad poseen un alto contenido de grasa y compuestos nocivos para nuestra salud“, aconsejó.
Secreto milenario: alternativas naturales a la carne
“Si uno optara por una dieta más bien vegana, yo le recomendaría recurrir a las leguminosas (legumbres) ya que poseen altos niveles de proteína y hierro“, opinó y advirtió: “Si bien no es la misma calidad del hierro de la carne, con una buena complementación de vitamina C podría llegar a ser una fuente importante de este elemento”.
“El consumo de soya y quínoa también son una muy buena alternativa. Todas estas dietas siempre deben ser dadas y vigiladas de cerca por un profesional de la salud para poder orientar sobre todo en grupos vulnerables como los niños, embarazadas y personas mayores”.
¿La comerían los veganos?
“Una de las premisas que tienen las personas con dietas vegetarianas y veganas es que el consumo de carne es posible gracias al sacrificio animal y esto es lo que los mueve a no consumirla. Probablemente al eliminarse este tipo de situaciones esta podría ser una alternativa”, reconoció.
“Sin embargo, y según lo que revisé en el estudio, para hacer esta carne se necesita una especie de suero especial para hacer crecer a la célula. Este suero proviene de los neonatos y en el fondo igual habría que tener animales disponibles para tenerlo. Entonces, no sé si este proceso estaría libre o no del sacrificio animal, pero si fuese así, entonces podría ser una alternativa“, reflexionó.
