Controversia mundial ha causado el reciente estreno de la serie de capítulos del documental de Netflix sobre la desaparición de Madeleine McCann.

Es por eso que el caso ha vuelto a llamar la atención de la prensa internacional, puesto que en la película se han revelado vario antecedentes desconocidos o que quedaron en el olvido.

Uno de ellos tiene que ver cuando a los meses de la desaparición de la pequeña Maddie, un par de perros rastreadores especialistas centraron su atención en distintos puntos del departamento que arrendaban sus padres en Praia da Luz y también en el maletero de un automóvil que fue contratado por Kate y Gerry McCann semanas después de que Madeleine desapareciera.

Los dos perros de raza Springer spaniel inglés, llamados Eddie y Keela, visitaron el balneario en agosto de 2007 para tratar de ayudar a resolver el caso. El primero es experto en detectar el olor de un cadáver, mientras que Keela fue entrenada para detectar sangre humana.

En este contexto, y según reporta el portal australiano 9 News, la policía portuguesa señaló que los canes alertaron un total de 13 veces durante la búsqueda.

Parte de esos avisos fueron al interior del departamento de vacaciones de los McCann, y en un auto arrendado que habían contratado tres semanas después de la desaparición de Maddie. También centraron su atención en algunos objetos personales pertenecientes a la familia.

Se cree que a partir de esta información es que un mes después los padres de la niña fueron considerados formalmente sospechosos.

En ese tiempo también llegó a Portugal el experto en búsquedas del Reino Unido, Mark Harrison, quien investigó y desarrolló ciertas teorías sobre la desaparición de la niña y, específicamente, sobre dónde podría estar su cuerpo en el caso que estuviera muerta.

Andy Rebmann, un experto en perros rastreadores de Estados Unidos, aseguró que en más de cuatro décadas de experiencia, ha trabajado en cientos de estos perros. “Un equipo de perros bien entrenado, tiene probablemente entre un 90 y un 95 por ciento de confianza“, dijo Rebmann.

“Si tienes ubicaciones específicas y trabajas con el perro en esa área, deberías poder detectar si el cuerpo estaba allí”, agregó.

Cabe señalar que no existe un consenso de expertos sobre la afirmación de Rebmann, sobre que las unidades de perros rastreadores de cadáveres bien entrenadas son confiables en un 90-95 por ciento, razón por la cual las pruebas obtenidas durante las búsquedas de estos animales no siempre se pueden utilizar en los tribunales.

Cabe señalar que tras el trabajo de Eddie y Keela, la policía portuguesa envió muestras de ADN desde el departamento de McCann y el auto arrendado a un laboratorio forense británico, y fueron descartadas.

En ese momento ellos no quisieron referirse a estos supuestos hallazgos y desde el día que desapareció Maddie, los McCann han negado rotundamente cualquier participación en la desaparición de su hija.