Gran impacto mundial causó el brutal abuso y asesinato de la joven argentina de 16 años,Lucía Pérez, que fue drogada, violada y empalada por dos hombres que después la llevaron ya fallecida un recinto hospitalario donde no pudieron hacer nada por revivirla.

Según las últimas informaciones, la adolescente falleció de un paro cardíaco que no fue ocasionado por el miedo, sino que por el dolor producto de las agresiones sexuales que recibió y que finalmente le ocasionaron un reflejo vagal.

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El reflejo vagal consiste en una reacción automática e involuntaria del cuerpo, siendo muchos de ellos los responsables de controlar las funciones automáticas del cuerpo, según señala T13.

Este reflejo acciona sobre el nervio vago y participa en la regulación cardíaca y vascular sin provocar muchos cambios en el cuerpo.

Eduardo Bastías, cardiólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad Andrés Bello, explica que “los receptores vagales pueden recibir un golpe y eso puede incluso bajar la presión arterial. Cuando el sistema vagal está muy activado se pueden producir desmayos porque el corazón está muy lento”.

Y además agrega que “los reflejos vagales pueden activarse por agresiones físicas o un intenso dolor, los que pueden desencadenar un reflejo vagal excesivo que lleven a un paro cardíaco vagal, como en el caso de Lucía Pérez”.