La historia de la destacada karateca inglesa de sólo 18 años, Hannah Moore, es realmente devastadora, al punto que simplemente tendrá que olvidar para siempre su prometedora carrera en las artes marciales.

Hannah llegó al hospital hace dos años para someterse a una cirugía que parecía simple, extraer una uña encarnada en su pie derecho, sin embargo, desde ese día su pesadilla no se detuvo.

Lee también: Niña de 9 años completó carrera de 24 horas utilizada por el ejército de Estados Unidos

La joven deportista desarrollo una extraña condición llamada síndrome del dolor localizado complejo, que la obliga a tomar cerca de 40 pastillas calmantes al día para soportar el dolor.

Pero la angustia no terminó ahí, sino que todo empeoró cuando además presentó ulceración grave, una complicación que sólo afecta a una mínima parte de quienes tiene su extraña condición que afecta y daña los nervios.

De ahí en más su vida ha sido un verdadero calvario, al punto de que ha decidido que la única forma de mejorar y tener una vida normal, es amputar su pierna, para evitar los insoportables dolores.

“Nunca había escuchado sobre este síndrome antes, pero lo tengo y puede ocurrirle a cualquier persona. Trato de poner buena cara y seguir adelante pero el dolor es tan terrible que tengo que tomarme más de 40 píldoras al día. Me deprime y algunas veces tengo que llorar, preguntándome si alguna vez terminará”, confiesó sincera Hannah a Western Daily Press.

Esta karateca que además soñaba con transformarse en chef, tuvo que ponerle pausa a sus sueños y podría efectivamente perder su pierna, pero no por eso se hecha a morir.

La ex campeona nacional juvenil ahora entrena en el club local con una silla de ruedas para carreras que fue donada precisamente por los miembros de la organización, que la ven como un verdadero ejemplo para los más chicos, ya que nunca se rinde, no importando el dolor que la acompaña violentamente y a cada instante.

westerndailypress
westerndailypress