A un mes de haber descubierto que estaba embarazada, la modelo Elizaveta Bulokhova recibió una negra noticia: tenía un osteosarcoma, una agresiva forma de cáncer. La situación era tan complicada, que le pidieron que terminara la gestación para poder comenzar la quimioterapia… pero ella decidió esperar.

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“No haber empezado la quimioterapia reducía mis probabilidades de sobrevivir. Decidí que ocurriera lo que ocurriera, lo aceptaría. Me lo tomé día a día”, explicó a la revista femenina Cosmopolitan. Tras una complicada primera cirugía que le quitó el 95% de su mejilla, Elizaveta logró posponer el agresivo tratamiento y dio a luz por cesárea a un bello niño.

Manolo Studios
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Hoy, el cáncer está en remisión, ella se sometió a su primera operación reconstructiva y se animó a posar para las cámaras. “Espero que ayude a la gente a aceptarse y a amarse a sí mismos”, agregó. “No puedo creer que soy una madre y que tengo mi propia familia”, agregó a este medio, como traduce Página 7.

Para ella, la sesión se sintió “impresionante, como si nada hubiera cambiado. Siento que he continuado mi vida como era un año atrás. Fue realmente terapéutico para mí ser una madre que se quedaba en casa y que tenía tanto atesorable tiempo”, relató.

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Hasta se animó a posar con su bebé y su novio, Roman Troubetskoi. Su único requerimiento al fotógrafo Manolo Ceron “fue mostrar todas mis cicatrices (…) creo que son geniales, mi cirujano hizo un buen trabajo y lucen como arte sobre mí”.

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La bella modelo entrega una valiosa lección: “Quiero recordarle a la gente que uno define la belleza. Como te sientes te hace bella y si te amas a ti mismo, nada puede derrotarte, ni siquiera el cáncer. Todas tus imperfecciones se convierten en un perfecto tú. Las cicatrices, el cuerpo sin pelo, te recuerdan lo fuerte que eres: que derrotaste al cáncer”, concluyó.

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