Estos dos medicamentos son de bajo costo y no necesitan de una receta para ser adquiridos. En todas las casas hay al menos una caja de cada uno, pues cuando nos da un dolor de cabeza o tenemos una inflamación recurrimos inmediatamente a ellos… sin acudir al médico.

En este contexto, el Instituto Toxicológico de la Universidad Católica de Chile, informó que un 55% de las intoxicaciones (que registran) se debe a la ingesta de medicamentos.

El paracetamol “es un buen antitérmico (eficaz contra la fiebre), analgésico y tiene buena tolerancia (no cae mal). Sin embargo, su uso en niños debe estar restringido a una fiebre sobre 38,5º axilar y/o al tratamiento de algún dolor”, explica en su portal la Clínica Las Condes.

En ella agrega que todos los años se registran alrededor de 300 intoxicaciones por el consumo de paracetamol: la mitad de esta cifra corresponde a niños. Por esto es de real importancia no dejar medicamentos al alcance de los pequeños del hogar.

En tanto, el ibuprofeno es un antiinflamatorio, analgésico y antipirético, y “Lo que lo diferencia del paracetamol es que, además, es un antiinflamatorio más efectivo. Es muy eficiente, es seguro, tiene buena tolerancia y alivia molestias que el primero no puede”, indican desde la CLC.

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Ambos medicamentos, si bien son seguros en las dosis recetadas, pueden ocasionar daños graves si se abusa de ellos. El paracetamol podría provocar una insuficiencia hepática aguda y el de ibuprofeno, afectar los riñones y la médula ósea.

“Es muy importante saber eso sí, que el uso correcto de ambas drogas no son acumulativas en el tiempo. Sí hay que respetar los intervalos necesarios: tomarlos cada 6 u 8 horas. Otro gran mito es que, por ingerirlos regularmente, sus efectos desaparecen”, aclara el pediatra intensivista de CLC, Roberto Dalmazzo.

La precaución que se debe tener es no dejar al alcance de los niños estos medicamentos, pues si hay una intoxicación, no necesariamente hay signos durante las primeras horas y cuando se detecta, en ocasiones el hígado ya tiene daños.