Ignacia Jara es el nombre de la streamer chilena que pidió ayuda a Leonardo Farkas para costear un millonario tratamiento dental.
El procedimiento tenía un valor de $4 milllones, por lo que acudió al filántropo, quien se ofreció a darle una mano.
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“Díganle dónde le deposito 4 millones para ayudar con su tratamiento. Lamento que en Chile aún no hay mejora en la salud”, manifestó el filántropo en aquella oportunidad.
Y si bien recibió el dinero, Jara contó en sus redes sociales, que hubo un error, ya que en vez de contar con un vale vista de $4 millones, este tenía un monto de $10 millones.
“Cuando vi que eran 10 millones me imaginé muchas cosas. Onda podía haber arreglado mi casa, podía haber hecho tantas cosas”, dijo en uno de los videos, aunque luego decidió devolver la diferencia, tras un llamado del asesor de Farkas.
“Yo pensé que tenía que devolver 6 millones, pero me dijo ‘no, tienes que devolverme 5 millones, nomás’. Y yo quedé así como ‘ah, bueno, será’”, manifestó.
El drama que enfrenta la streamer Ignacia Jara
Luego de toda esta situación, que la propia streamer se ha encargado de contar en sus redes, ella sostuvo que ha debido enfrentar una inesperada situación.
“Espero que lo siguiente, no se lo tomen a mal”, comenzó advirtiendo, en una storie de Instagram.
“Hay muchísima gente pidiéndome el número de contacto del asesor de Farkas y también pidiéndome dinero. Gente, yo no puedo entregar información sin consentimiento“, agregó Jara.
Asimismo, recalcó que “no puedo llegar y darles ese número si esa persona no lo permite. Y tampoco puedo regalarles dinero, porque ese dinero tiene un destino”.
Finalmente, la oriunda de San Antonio indicó que “me encantaría poder ayudarles, de verdad que sí, pero me hacen sentir mal y culpable haciendo lo que hacen. Gracias y perdónenme“.
Cabe señalar que Ignacia compartió un video respecto a los comentarios que ha recibido, recordando lo que pasó con el cantante urbano Galee Galee.
“Hay que empezar a cuidarnos, porque las palabras hieren. No lo digo solo por mí. Démonos cuenta lo que hacen nuestras palabras. Hay que tener mucho cuidado con lo que escribimos y decimos”, cerró.
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