Una contundente reflexión compartió el periodista Felipe Bianchi a través de su cuenta de Twitter, en relación con el despido de su colega Paulina de Allende-Salazar de Mega, por tratar de “paco” al carabinero Daniel Palma.

“Es tan obvio lo mal -profesional y humanamente- que actuaron sus colegas y los directivos de Mega con Paulina de Allende-Salazar, que casi no tiene sentido discutirlo“, partió señalando.

En ese contexto, aseguró que “nada, ni su evidente y reconocido error, justifica la brutal censura y el despido tosco y ‘aleccionador'”.

“Lo más grave, es que se trata no del primero, sino de un capítulo más entre muchos vividos el último año contra la libertad de expresión y la labor de profesionales serios y brillantes, que han sido cancelados, despedidos y silenciados en los medios por pensar distinto“, añadió Bianchi.

De igual forma, catalogó el momento actual como “un feroz deterioro profesional”.

“La caza de brujas que hoy vemos desplegada sin pudor, no solo es peligrosísima para nuestro periodismo, sino también para nuestra convivencia y, por ende, para nuestra democracia“, indicó.

“Tristemente, la cobardía profesional, el populismo desatado y la muy débil defensa de principios editoriales básicos e intransables en tiempos normales, son hoy costumbre“, agregó.

“Probablemente, tenga que ver con el tipo de gente -sin trayectoria profesional ni conocimientos mínimos- que hace rato ocupa puestos editoriales, y de dirección en los medios”, sostuvo Bianchi.

Felipe Bianchi: “No es momento de callar”

En esa línea, indicó que le extraña y duele el silencio de las Escuelas de Periodismo, “que debieran ser siempre guía y defensa de la profesión”.

“El muy peligroso momento que vive el gremio (nunca visto desde el retorno de la democracia) obliga a quienes llevamos años en esto, a quienes somos periodistas y profesores de periodismo, a opinar con valentía y responsabilidad“, planteó.

“Como en otros tiempos difíciles, no es momento de callar, aunque tenga, como siempre, duros costos. El buen periodismo hoy nos pide y obliga. Y somos, supongo, los mismos de siempre ¿Somos?“, concluyó.