El año 2019, Bárbara Lackington fue una de las aspirantes de la cuarta temporada de MasterChef Chile. La joven incluso llegó a la instancia final con Giovanni Cárdenas y la ganadora, Camila Ruiz.

Hoy en día, la rubia está alejada de la televisión y el rubro gastronómico, pues entró a primer año de Pedagogía Básica en la Universidad de Los Andes.

En conversación con Página 7, reveló cómo ha sido esta experiencia de convertirse nuevamente en mechona, y cómo dio este giro en su vida.

“Estudié dos años Ingeniería Comercial en la Adolfo Ibáñez. Después entré a MasterChef y decidí congelar para dedicarme a trabajar, porque el programa me abrió muchas puertas y oportunidades“, recordó.

De hecho, trabajó dos años con PF Alimentos, que fue lo más estable que tuvo junto a su rol de influencer en redes sociales. “Hacíamos eventos gastronómicos, pero llegó la pandemia y no pudimos hacer más cosas así. La pega empezó a bajar mucho”, explicó.

“Pensé que debía tener un as bajo la manga en la vida, y dije ‘quiero estudiar algo que realmente me guste y me apasione’“, comentó Bárbara, quien rápidamente descubrió que la ingeniería no era el camino.

Si bien tenía buenas notas, no le interesaba la idea de trabajar tras un escritorio “calculando intereses y esas cosas”.

“Fui con mi psicóloga y ella me ayudó. Trabajamos el tema de la ansiedad y la depresión por el tiempo en que estuve mal, pero además de esa terapia, le pedí que me ayudara a descubrir qué quería estudiar“, indicó.

Bárbara Lackington ex Masterchef carrera
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Bárbara Lackington: de MasterChef a Pedagogía básica

Según Bárbara, ya tenía pensado el tema de la pedagogía porque, estando en la universidad anterior, fue profesora particular de matemáticas para materias de preuniversitario. Fueron los propios alumnos los que la buscaron.

“Me quedé con el bichito de que me gustaba enseñar”, reconoció, añadiendo que eligió su actual casa de estudios porque le ofrecía una malla más atractiva, que posteriormente puede orientar al ramo específico de matemáticas.

Otro aspecto que le gusta es la posibilidad de hacer práctica desde el primer año. “Todos los jueves tengo que ir a un colegio en Puente Alto y mis alumnos son un 7. Me quieren, me hacen dibujos. Estoy demasiado feliz y encantada con la carrera”, confesó.