Este martes, Maura Rivera entregó una triste noticia para su familia: murió su perrito Igor.

El animal de raza bulldog inglés, había presentado una serie de problemas a su salud, según relató durante el lunes la ex Rojo.

“Está generando muchos cálculos renales que han sido operados en tres oportunidades, además se le formó una hernia en su estómago. Por no cicatrizar bien, se le puso un catéter para administrar mejor los medicamentos y tomar muestras de sangre”, precisó la bailarina.

Perrito no logró sobrevivir

Sin embargo, y pese a los esfuerzos del equipo veterinario, el can no pudo sobrevivir y falleció durante la noche del 2 de mayo.

En ese contexto, Maura subió un video con una serie de fotografías de sus hijos y su esposo, el exfutbolista Mark González, donde recordó los gratos momentos en que los acompañó su mascota.

“Igor ya está descansando. Ayer llevamos a los niños a que se despidieran de Igor y en la noche nos tocó el momento más difícil a nosotros dos: verlo partir”, señaló.

A su vez, manifestó que “es triste, es angustiante. Mis perros son mi familia, no saben la pena que tenemos”, para luego detallar lo importante que fue el can en sus vidas.

“Igor fue un ser tan especial, lo acompañamos hasta su último respiro, lo abrazamos, besamos, le hablamos y agradecimos, dio la pelea hasta más no poder, y nosotros hicimos todo lo que estuviera a nuestro alcance… pero no se pudo más”, lamentó.

Maura Rivera se mostró afectada por la partida de Igor

Pese a la dolorosa partida de su compañero, Maura aseguró estar tranquila, ya que “fue un perro extremadamente feliz en la tierra, y se fue lleno de amor”.

Por otra parte, la bailarina agradeció a quienes siempre preguntaban por él, además de estar preocupados por su salud. “Gracias por quererlo, por el respeto y por el cariño en este momento tan difícil”, aseveró.

En tanto, Maura Rivera también describió a Igor como un animal dócil, amante de su hogar, y muy paciente, motivo por el que le agradeció su compañía.

“Don Igor era extremadamente paciente, obediente y tranquilo. Flojo y dormilón, le gustaba mucho tomar sol, amaba ir a Viña y ladrarle a las gaviotas o sentarse a contemplar la hermosa vista del mar”, dijo.

Y sentenció: “No se hacía atado con nada, tenía todos los días su rutina y no entraba nunca a la casa sin que le dieran permiso. Gracias por tanto guatón, espero haber estado a la altura de todo el amor que nos entregaste durante estos ocho años. Bonito viaje”.