La disminución o pérdida de motricidad en una o más partes del cuerpo, es lo que conocemos como parálisis, y se origina por daños en las vías nerviosas o en los propios músculos.

A diferencia de animales como perros, ballenas y ranas, los humanos no tenemos la capacidad para reparar nuestros nervios naturalmente luego de una lesión, por lo que generalmente los tratamientos requieren de un equipo médico multidisciplinario y toman hasta años.

Sin embargo, un grupo de investigadores del Instituto Salk de Estudios Biológicos, en California, Estados Unidos, podrían estar próximos a definir una cura, gracias al descubrimiento de una pequeña molécula llamada p45 (presente en los animales), la que podría ser “la clave para persuadir a los nervios dañados de que vuelvan a crecer y funcionen con normalidad”, según consigna el medio español Muy Interesante, y así abrir la posibilidad al desarrollo de nuevos tratamientos para tal enfermedad.

Este hallazgo es el resultado de varios estudios, de hecho el 2013 Kuo-Fen Lee, uno de los autores del estudio, junto a un grupo de investigadores descubrieron que la proteína p45 promueve la regeneración del nervio al prevenir la inhibición de un nuevo crecimiento de la vaina de mielina. La molécula no está presente en humanos y primates, pero en su lugar, los científicos se toparon con otra proteína llamada p75, que es la que se une a la mielina cuando se ha producido el daño de los nervios en estos animales, por lo que en vez de promover su regeneración, p75 detiene su crecimiento.

Profundizando en este proceso, el equipo ha observado que las proteínas p75 se unen entre sí formando una pareja que se adhiere a los inhibidores liberados de la mielina. Así, mediante la tecnología de resonancia magnética nuclear estudiaron la configuración de las proteínas y encontraron que la p45 podría interrumpir la formación de estas parejas, y además unirse a la región específica y fundamental del proceso. Disminuyendo la cantidad de pares, los axones fueron capaces de volver a crecer, recoge el sitio web especializado Medical News Today. Lee señala que “esta investigación implica que es posible imitar el proceso de regeneración nerviosa que ocurre naturalmente en animales pequeños, lo que me parece fascinante”.

Basados en todos estos descubrimientos, el científico asegura que la p45 u otra molécula que pueda interferir en la p75, puede ofrecer un potencial tratamiento para personas con daños a la médula espinal o que sufran de parálisis severa.

Por último, agrega que una opción sería introducir la proteína p45 en las células nerviosas lesionadas o bien introducir una molécula pequeña que bloquee la unión entre las dos proteínas p75. Así, este agente podría atravesar la barrera sangre-cerebro y alcanzar la zona donde se han producido las lesiones de la médula espinal.