En marzo pasado, Fabrizio Copano concretó el arriendo de una oficina en Nueva York, Estados Unidos, la que destinaría para trabajar.

Con respecto a qué lo motivó, explicó a LUN que “era necesario porque mi esposa está embarazada, yo ya tengo un hijo y el home office (teletrabajo) ya estaba saturado”.

En ese contexto, contó que hace tiempo “quería un estudio para hacer el contenido para el canal de YouTube y redes, y que se viera bien y se escuchara bien”.

Fabrizio Copano explicó que “eso era imposible en el departamento, así que se hizo medio indispensable”.

Para dar con la oficina que se ajustara a su presupuesto, buscó en Google filtrando por precios y ubicaciones, pues, además, quería que estuviera cerca de su hogar. Luego de eso, lo contactó un agente de bienes raíces, quien le mostró las opciones que había.

“Hice unas visitas, porque las fotos son engañosas, y hubo una que me gustó y la arrendé”, contó, añadiendo que se ubica “en la 53 Avenida con la calle 32”.

“Lo que me dijeron fue que con la pandemia, las empresas grandes se empezaron a ir de los edificios, porque se dieron cuenta de que podían trabajar con menos de un cuarto de los empleados en las oficinas, entonces empezaron a bajar los precios de las oficinas en ese sector”, detalló.

Detalles de la oficina de Fabrizio Copano

El comediante detalló al medio que su oficina es una pieza: “Es chiquitita, es una suerte de habitación, pero la gracia es que la ventana da al Empire State. Está en el octavo piso”.

Con respecto al valor, contó con un poco de vergüenza que cuesta “mil dólares (cerca de 800 mil pesos) e incluye todo, solo pago el internet aparte”.

“Mis vecinos son un spa coreano, un servicio de depilación femenina y un restaurant de comida coreana, es que esta zona ahora se llama Koreatown. Es piola el ambiente, muy tranquilo y súper agradable”, detalló el triunfador del Festival de Viña del Mar.

Sobre los muebles y equipamiento, detalló que “fui a Ikea y compré las sillas y el escritorio. Para el estudio compré cortinas, puse un blackout para que no entrara la luz e iluminar con los focos de estudio”.

Además, tiene dos sillones: “Uno lo compré y el otro me lo cedió mi esposa de su oficina”.

Para ordenarse, se puso un horario de trabajo, de 10:00 a 18:00 de lunes a viernes. Los miércoles y viernes graba.

“Yo he tenido que aprender a ser ordenado. Desde que trabajo para Estados Unidos y Chile he tenido que ponerme súper estricto con los horarios, las reuniones, las metas y lo que tengo que entregar”, cerró.