De que estuvo bueno, estuvo bueno. Los Bunkers hicieron cantar y corear sus canciones, este sábado, a un público entusiasta que llenó el estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción.
A las 21:05 horas, la banda penquista compuesta por Gonzalo y Álvaro López, Francisco y Mauricio Durán y Mauricio Basualto, arrancó con su éxito Miéntele, desatando una euforia en los cerca de 30 mil fanáticos que llegaron al recinto.
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Pero antes, saludaron al público asegurando: “Buenas noches Conce, se ve la raja desde aquí, estamos muy contentos de estar junto a ustedes“.
Recordemos que este se trata del show con la mayor cantidad de asistentes que se ha realizado en la historia del reducto penquista, cuya capacidad alcanza las 30 mil 448 personas, superando la cantidad de entradas vendidas para los shows de Ricky Martin, con 24 mil en 2016, y Maná, con 14 mil ese mismo año
Un concierto exitoso y lleno de hits
Con un pandero, Álvaro López comenzó el segundo tema Te vistes y te vas, para luego seguir con Yo sembré mis penas de amor en tu jardín y Santiago de Chile.
En tanto, cuando entonaron Una nube cuelga sobre mí, se la dedicaron a los niños y niñas.
Además, cantaron uno de sus temas que, según dijeron, no estuvo incluido en el recital de Santiago, el pasado 12 de marzo: Canción de lejos.
La agrupación penquista también tocó su nuevo single, Rey, el que habla de la inclusión, y que presentó por primera vez en el estadio Santa Laura, donde dio inicio a la gira Ven Aquí.
En ese contexto, Los Bunkers lo dedicaron a todos quienes “están buscando una identidad nueva, para que lo hagan sin miedo“.
A lo largo de su concierto, que se debe decir, tuvo algunos problemas de sonido, también tocaron Ángel para un final, Vida de perros, Ahora que no estás.
Finalmente, cerraron con Miño y La era está pariendo un corazón, en un espectáculo que duró casi 3 horas.
Incidentes en presentación de Los Bunkers en Concepción
Cabe señalar que en el evento, en el que estuvo presente Página 7, sucedieron unos impasses con los asistentes, el primero, justo antes de que comenzara Nada nuevo bajo el sol.
En ese momento, uno de los hermanos Durán preguntó si todo estaba bien en el público, pues notó que algo ocurría en las primeras filas. Le respondieron que había una persona que necesitaba agua, lo cual llevó a que la banda pidiera líquido y bromeara preguntando si preferían cerveza.
Además de lo anterior, más adelante la banda paró el show en medio de una canción y pidió asistencia a los equipos de salud presentes para otra persona del público, por lo que estuvieron cerca de dos minutos con la presentación detenida para asegurarse de que se encontrara bien.
Los Bunkers dijeron en broma que todos estos problemas los distraían, por lo que iban a finalizar el concierto a las 3 de la mañana y que mejor daban por terminada la canción, pero a la gente no le gustó, pues era una de sus favoritas.
Finalmente, volvieron a interpretar el hit No me hables de sufrir a pedido de la gente.
