La adaptación televisiva de The Last of Us por fin ha visto la luz en HBO Max. El exitoso videojuego da el salto al mundo de las series para relatar la historia de Joel y Ellie en un mundo postapocalíptico después de que una pandemia generada un hongo, el Cordyceps, transforme en caníbales a los infectados.

Pero, ¿existe realmente esta especie de hongo? ¿Podría ocurrir esa terrible y contagiosa infección?

La serie comienza con un flashback que traslada al público hasta un programa de televisión de 1968, donde dos científicos debaten acerca de grandes plagas y pandemias que podrían poner en jaque a la humanidad.

Mientras que uno de los expertos señala un virus respiratorio por transmisión aérea como su gran preocupación, el otro epidemiólogo asegura que, más allá de bacterias y virus, los hongos pueden ser el gran enemigo de la humanidad.

Es entonces cuando explica cómo algunos hongos son capaces de colonizar el organismo de otros seres vivos, controlar su cerebro y manejarlo a su antojo.

“Parecen inofensivos, pero hay muchas especies que saben que no lo son porque hay algunos hongos que no buscan matar, más bien controlar (…) Los virus pueden hacernos enfermar, pero los hongos pueden alterar nuestra mente“, expone el científico que, ante la incredulidad del público y el propio presentador del programa, además alerta que se preocupan de “no dejar morir a su víctima”, sino mantener con vida al huésped para propagarse más y más.

Cordyceps hongo Last of us
National Geographic

Cordyceps: una amenaza del mundo real

En realidad, ese científico tiene razón. El Cordyceps es un género de hongo que existe en el mundo real y abarca hasta 400 tipos diferentes de estos organismos.

Tal y como se expone al inicio de la serie, algunos de ellos son capaces de desarrollarse en huéspedes hasta causarles la muerte desde dentro.

Los Cordyceps habitan, en su mayoría, en zonas de jungla del continente asiático. Y sus víctimas son tan solo insectos y pequeños artrópodos. En este prólogo de The Last of Us, el otro experto contradice la alarmante postura de su colega recordándole que “las infecciones fúngicas no se dan en humanos”, ya que los hongos no sobreviven en los huéspedes con una temperatura interna superior a los 34 grados.

Pero esto puede cambiar si los microorganismos lograran evolucionar. “Hasta ahora no hay razones para que evolucionen y se adapten a mayores temperaturas, pero… ¿Y si eso cambiara? ¿Qué pasaría si el planeta se calentara solo un poco?”, se pregunta.

De esta manera, establece que el cambio climático y el aumento de la temperatura podrían hacer que estos hongos muten y empiecen a colonizar organismos más grandes.

Así, tras el debate de los dos científicos, la serie da un salto hasta 2003, momento en el que el hongo ha conseguido llevar a cabo esa mutación por el calentamiento global. Rápidamente, el Cordyceps comienza a invadir los cuerpos de miles de hombres y mujeres, transformándolos en una suerte de caníbales zombis y desatando un apocalipsis en el que Joel y Ellie deberán sobrevivir.

Un hongo medicinal

El hongo ataca directamente el cerebro de los humanos, haciéndose con el control y extendiéndose por su cuerpo hasta que, al final, este termina devorado y descompuesto. Sin embargo, esto es evidentemente ficción, ya que el Cordyceps real no puede provocar lo que en The Last of Us.

Su creador se inspiró en una base científica sobre cómo este microorganismo se comporta con los insectos, pero todo lo demás nace de su imaginación.

De hecho, una de sus variantes, el Cordyceps sinensis, es uno de los ingredientes utilizados más comúnmente en la medicina china tradicional.

Conocido con el sobrenombre de hongo de la oruga china y también como el viagra tibetano, este hongo es célebre por sus propiedades vigorizantes, protegiendo el sistema hepático y cardíaco, e incluso potenciando la fertilidad y la libido.