El mundo de la actuación recibió una triste noticia cuando la familia de Bruce Willis informó a través de redes sociales, que el actor abandonaría su carrera debido a que padecía afasia, una enfermedad cognitiva.

Si bien no está confirmado, una teoría apunta a que su condición se debe a un accidente que ocurrió mientras rodaba la película Tears of the Sun (2003).

Según el medio The Sun, el actor alemán habría sufrido un golpe durante la grabación de la película bélica dirigida por Antoine Fuqua.

A raíz de este incidente, en 2004 Willis demandó a Revolution Studios, la productora detrás del largometraje, y al encargado de efectos especiales, Joe Pancake, por negligencia alegando que había “sufrido importantes lesiones mentales y físicas” en octubre de 2002, cuando fue golpeado en la frente por un proyectil en el estudio.

El accidente de Bruce Willis​ en Tears of the Sun

El actor explicó que el proyectil había sido detonado por el equipo de efectos especiales como parte de una explosión pirotécnica mientras filmaban, pero que algo salió mal e impactó en él.

En la demanda afirmó que debido a este hecho “había soportado un dolor y un sufrimiento mental, físico y emocional, extremos”.

En diálogo con el Daily Mail, Pancake comentó que “el juez se río en la cara de él (Bruce Willis) y lo sacó de la sala del tribunal”.

Además, consideró una “tontería” la hipótesis de que su afasia fuese producto del incidente, atribuyendo que no tiene sentido que los síntomas aparezcan repentinamente luego de veinte años.

Sin embargo, un informe del New York Times muestra que es posible que el trastorno se manifieste completamente años después del golpe causante.

Bruce Willis en Tears of the Sun
Tears of the Sun

En ese sentido, un amigo del actor comentó a The Sun que creía la hipótesis de que este accidente provocó su afasia.

“Los cambios empezaron a notarse hace unos cinco años. Al principio no era nada importante, solo pequeñas cosas, como necesitar ayuda con los cables cuando usaba auriculares en una grabación”, comentó.

“Todos los que lo conocíamos nos dábamos cuenta de que algo no andaba bien, solo que no sabíamos el diagnóstico exacto, nada más que algo cognitivamente iba mal y eso no era un secreto. Igualmente, este diagnóstico específico y el hecho de que no fuera a actuar nunca más fue sorprendente para todos”, agregó.

Quienes trabajaron con Willis no se mostraron sorprendidos por la conclusión médica.

“Habíamos visto algunos cambios. A veces, cuando hablabas con él, parecía distraído y pensábamos que no significaba nada, pero te preguntabas si estaban pasando otras cosas”, señaló Stuart F. Wilson, su doble de riesgo durante 17 años.