Max Cabezón fue el protagonista de la última eliminación de El Discípulo del Chef.

Y, por supuesto, hubo lágrimas de Miel Blanca, quien se convirtió en su pareja, durante el transcurso del programa.

“Me da un poco de tristeza dejarlos hoy, pero el mayor premio, más allá del restorán, me lo gané yo contigo, Miel”, fueron las románticas palabras que le dedicó a la ganadora de la primera temporada, del programa de CHV.

Ahora, en conversación con Página 7, Max profundizó respecto al haber conocido a Miel Blanca en El Discípulo del Chef y también criticó el formato del programa.

“Soy un afortunado de haber conocido a Miel, nosotros entablamos una amistad muy bonita que subió un peldaño, a nivel de romance. Estudiábamos juntos y fue una partner. Aprendí de su cariño, conocimiento, experiencia y profesionalismo“, aseguró.

 

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Asimismo, añadió que conocerla “fue algo muy lindo, fue un gran premio, el mejor premio para mí”.

Luego, se enfocó en su eliminación: “Pierdo cuidado con eso. Hice dos preparaciones, en la primera fui muy arriesgado (cocinar una prieta desde cero); y en la segunda ya estaba desmotivado, porque venía con esta presión encima“, afirmó a nuestro medio.

Max Cabezón
Cedida a Página 7

De todas maneras, si bien el cocinero reconoció que el resultado “no fue lo que esperaba”, sí señaló que en la primera prueba “estuve a la altura de haberme salvado o haber recibido un mejor feedback que otras preparaciones”.

Max Cabezón y su crítica a El Discípulo del Chef

El último eliminado aprovechó la instancia para lanzar un dardo al formato del programa, que, según él, se enfocó más en la “farándula”, que en la gastronomía.

“El formato de El Discípulo del Chef fue más enfocado a la farándula, al cahuín, a las peleas o conflictos. De repente podías sacarte la cresta y te decían ‘bien, pero le daremos más foco a este compañero que se agarró con no sé quién o que dijo tal cosa'”, comentó.

En ese sentido, aseguró que “quedé un poco defraudado del programa, porque tenía mucho más de cahuín que de gastronomía propiamente tal. En el macro, siento que la cocina quedó muy al debe en el programa”, haciendo incluso una comparación con lo que vivió en su paso por Masterchef.

 

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“Disfruté más Masterchef, porque fue 100% gastronomía, ese era el foco. Lo digo abiertamente, Masterchef es superior en lo que quiere comunicar sobre la cocina”, añadió Max Cabezón.

Sin embargo, y pese a lo anterior, rescató varias cosas positivas de su incursión en El Discípulo del Chef.

“Fue muy entretenido y desafiante. Me hizo bien, fue una linda experiencia, casi deportiva. En cuanto a aprendizajes, saqué muchas recetas, amistades y aprendí a conocerme a mí bajo presión. Fue una linda experiencia en mi vida”, cerró.

Recordemos que actualmente, Max Cabezón está enfocado en su emprendimiento Testardos Pizza, el cual tiene dos locales: uno en Antonio Varas 1468, en Providencia; y el segundo en Avenida Borgoño 14650, en Reñaca.

Max Cabezón
Cedida a Página 7

Testardos es uno de mis sueños, mi guagua. Llevamos dos años y medio funcionando”, contó en una anterior entrevista con nuestro medio.