A casi dos décadas de su debut en la pantalla grande de la mano de B-Happy, Manuela Martelli regresó a los cines nacionales con su primera película como directora, titulada 1976.

Dicha cinta, ambientada en el Chile de 1976 y protagonizada por Aline Kuppenheim, cuenta la historia de Carmen, una mujer de clase acomodada que está a cargo de la remodelación de su casa en la playa.

Sin embargo, su presente da un radical vuelco cuando un sacerdote cercano a ella le pide que cuide a un joven que está alojado en secreto en su parroquia, lo cual lleva a la mujer a adentrarse en un peligroso mundo lejos de su tranquila vida a la que está acostumbrada.

“Partió siendo una historia autobiográfica, conmigo estudiando la historia de abuela, a quien no conocí, y de ahí despegó otros relatos de mujeres anónimas, que tal vez quedaron en el olvido, y que creo que tenemos una gran deuda con ellas y que es el momento de visibilizarla”, indicó la directora, en diálogo con Página 7 durante el estreno de 1976.

El exitoso presente de Manuela Martelli

Cabe señalar que 1976 ha ganado una serie de premios, convirtiéndose en la carta nacional para los Premios Goya. “Estoy muy honrada, demasiado feliz de representar a Chile, es un tremendo reconocimiento, ya es un premio para mí”, confesó.

Con una destacada carrera como actriz, Manuela Martelli ha integrado destacadas películas nacionales, siendo una de las más recordadas, Machuca.

En tanto, con respecto su experiencia en teleseries chilenas, su única incursión fue en 2010 con Feroz de Canal 13, en donde dio vida a Amanda Carrera. “En este minuto estoy más abocada al cine, en proyectos que toman mucho tiempo y dedicación”, afirmó.

Asimismo, la artista detalló: “Estoy trabajando en una nueva película, que ahora está en proceso de financiamiento, y también en otro film, pero como actriz”.

Finalmente, Manuela Martelli se refirió a la opción de regresar a la televisión abierta en una teleserie. “Depende de los proyectos y que haya algo que contar y decir, pienso que en ese sentido el formato es secundario”, mencionó.

“Lo más importante, me parece, es que haya algo que decir, que aporte algo a la sociedad, genere diálogo, que nos alimente y que nos haga observar las cosas nuevamente. A veces estamos un poco inmune a los relatos”, expresó.

“Creo que falta diversidad en nuestra televisión nacional, siento que hay mucha hegemonía en los discursos, falta darle voz a otras personas”, concluyó.